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miércoles, 24 de junio de 2015

Lo que además de la precaria situación de ingresos fiscales por la caída de los precios internacionales de los commodities mineros y de hidrocarburos y la amenaza de pérdida del autoabastecimiento.

Entre 2003 y 2014, la sísmica y la exploración de pozos se multiplicó por seis según datos del gremio, lo cual daba tranquilidad respecto de que se estaba trabajando para aumentar reservas. La producción se incrementó de 500.000 barriles diarios a un millón. La Inversión Extranjera Directa se multiplicó por ocho, gracias al mejoramiento de las condiciones de competitividad. 

Hoy, todo esto esta en riesgo.  En 2014 el país vio disminuidas sus reservas de crudo en un 5,6%.  Tan solo se incorporaron 206 millones de barriles, y la producción fue de 361 millones de barriles, según la ANH. Esto indica que el índice de reemplazo del año anterior fue de tan solo 0,6, es decir, por cada barril consumido, se incorporó medio a las reservas existentes. 

Este es el indicador de autosuficiencia más bajo desde el año 2000. Lo anterior se traduce en que tenemos petróleo para 6,6 años, de acuerdo con estas cifras, y gas para 10,5 años, lo cual puede llegar a ser una verdadera tragedia para el país, al constituir una amenaza de importación de energéticos. Y lo más grave es que la búsqueda de más reservas de petróleo también bajó, con la caída de pozos perforados (82%) y kilómetros de sísmica (92%). Se dice por parte del Gobierno Nacional que la Ley 1753 de 2015 o Ley del Plan ha incorporado medidas de alivio para el sector, que buscan corregir esto.

La ministra Consejera para el Gobierno y el Sector Privado (nombrada Ministra de la Presidencia),  María Lorena Gutiérrez, en reciente entrevista dada a la ACP para su revista mensual dijo:  “este es un sector de gran importancia pues tiene un componente social muy grande, en el tema de regalías sus aportes se transfieren a todos los municipios de este país y se convierten en proyectos de salud, educación, carreteras y vías terciarias, por lo cual tiene un gran impacto”. 

Con esto se refiere la señora Ministra al impacto de los recursos que genera el sector de los hidrocarburos que hoy están en riesgo, pero tal vez tan importante como eso que ella señala, es el dinero que no gastamos comprando hidrocarburos a otros países, para el consumo interno. Si tuviéramos que importar petróleo y gas, el escenario de las finanzas públicas sería aún más preocupante.

Entonces, ¿qué hacer para revertir la tendencia?. Dado que las condiciones de competitividad se han ido perdiendo poco a poco, y en la medida que se profundiza la crisis de los ingresos fiscales, la única solución sugerida pareciera ser incrementar impuestos, se debe actuar con cautela. Respecto de los demás factores de competitividad el panorama tampoco es alentador. 

Los problemas que recurrentemente señala el sector como inconvenientes para su avance, tampoco se resuelven al ritmo requerido. Entonces, con el pasar de los días vemos como caemos estrepitosamente en los listados de los centros de estudio, a nivel mundial, que evalúan la competitividad. Puede deberse a lo que señaló en su columna María Isabel Rueda, y es que en Colombia se pagan 62 impuestos y  de acuerdo con el Banco Mundial la tasa efectiva de tributación de los negocios en Colombia es de 75,4%.  La Ministra Gutiérrez señaló en su entrevista que en el Plan Nacional de Desarrollo, Ley 1753 de 2015, no se incluyeron temas tributarios, pero que el Presidente ha instruido a los Ministros para encontrar mecanismos que incentiven e impulsen la industria extractiva. 

Lo cierto es que se requieren mensajes consistentes, respecto de los distintos factores de competitividad, para promover que la inversión se quede, y lleguen nuevos inversionistas. 

El año anterior el peso de estos sectores fue de 40% de la inversión extranjera directa, con un total de US$ 12.405 millones, aun cuando en 2013 había sido de US$13.743, lo que indica que ya veníamos en caída. En conclusión hay que mejorar la gestión para incrementar las reservas y alejar las nubes negras que amenazan con la pérdida del autoabastecimiento energético.