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Analistas 27/07/2015

Innovar al Estado Colombiano

Pilar Ibáñez
Consultora bienestar organizacional
La República Más
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Cualquier ciudadano del común solo necesita una tarde de noticieros para verificar que algo no anda bien con el Estado Colombiano. Hay algo que falta o algo que no se entendió, y seguimos dando vueltas sobre los mismos problemas año tras año sin que salgamos de allí, como si fuera un estado patológico y problemático. 

Oímos miles de discursos de los candidatos en que pareciera que abordaran el tema de moda o de coyuntura y por allí lanzan sus discursos interminables. Y, por el otro lado, vemos a las instituciones del Estado tomando medidas para salvar hospitales, sistemas de educación, etc., situaciones que se repiten una y otra vez sin que de ellas saquemos lecciones aprendidas sobre buenas y malas prácticas 

Es allí donde cabe entonces sentarse a reflexionar por unos segundos, ¿Dónde está el problema real?, ¿Qué parte de la historia nos perdimos? O ¿Qué fue lo que no aprendimos o no hemos visto? El tema central radica en dos variables: lo propio y los valores. 

Cuando hablo de lo propio me refiero a que cuando el Estado se maneja desde la perspectiva de que es algo público o de todos, cabe la sensación de que no pertenece a nadie, y al ser ese el pensamiento, pues no se cuida, no se protege ni mejora….algo irónico. Entonces hagamos un cambio, empecemos no a manejar el Estado sino a gestionarlo. Gestionarlo como si se tratara de una gran empresa que, de hecho, lo es. Así cabría hacerle un plan de negocios o modelo como el “canvas” al Estado colombiano. 

Se debe conocer su propuesta de valor: qué es eso que tiene el Estado colombiano que lo va a hacer más competitivo y diferencial que cualquier otro país de Latinoamérica, por no ir muy lejos; cuáles son sus clientes; cuáles son los canales de comunicación y relación que el Estado va a tener con sus clientes o ciudadanos u otros Estados; qué alianzas estratégicas debería hacer el Estado con otros Estados u organismos para llevar a cabo la propuesta de valor; qué ingresos y costos necesita para lograr el objetivo y; qué recursos tiene para lograr llevar a cabo la propuesta de valor. Y allí quisiera detenerme por un segundo. 

Para cualquier empresa, y en este caso para el Estado, debe ser claro que lo más importante son sus recursos o su gente, un plan de negocios puede estar muy bien fundamentado desde la teoría, pero si su gente no tiene sentido de pertenencia, no está motivada y alineada con la propuesta no surtirá el efecto querido, razón ésta por la que los valores que fundamentan el accionar de cada individuo son vitales. El Estado colombiano tiene una de las constituciones políticas más completas del mundo, en donde se encuentran los fundamentos de valores y principios de forma clara, los cuales fueron construidos por diversos sectores de la sociedad, de manera que deberíamos utilizar la Constitución como si fueran los estatutos de esta gran empresa llamada Estado e innovar desde allí. Y, por último, qué actividades va a llevar a cabo el Estado para lograr la propuesta de valor. 

Si el presidente, los ministros, alcaldes, gobernadores, congresistas, jueces, en fin, toda autoridad y los ciudadanos pensaran al Estado como una gran empresa que no necesita más oradores y teóricos sino gestores de cambio e innovadores, cada discurso, debate o plan estaría no dirigido a tapar huecos o a hacerse popular sino a construir un país desde la paz. Paz bajo la concepción del estado personal o social que busca el equilibrio para lograr la unidad y el desarrollo sostenible global. Y allí seríamos todos gestores de cambio.

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