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  • Natalia Arteaga

jueves, 13 de noviembre de 2014

Tras 100 días del segundo periodo presidencial de Juan Manuel Santos, su segundo hombre de confianza, el ministro de la Presidencia, Néstor Humberto Martínez, dice que se debe hablar de una gestión general de esta administración, que está a punto de completar 1.560 días. Tiempo en el que se ha trabajado por transformar el país en materia económica y de desarrollo con obras como el viaducto en la vía Bogotá - Ibagué, el Túnel de Gualanday y otras obras 4G que le cambiarán la cara al país en 2018.

De esto y del paro judicial que ya completa más de 40 días, habló Martínez en inside LR. Aseguró que para el próximo año, se le inyectará a la justicia $1 billón y más de 1.000 nuevos funcionarios que descongestionarán, de manera definitiva, el sistema. También ahondó en materia de decretos y aseguró que en enero habrá 16 estatutos únicos a manera de ‘Decretón’.

¿Qué va a pasar con la congestión judicial?
Cuándo termine el gobierno de Juan Manuel Santos, en 2018, se habrá hecho una revolución inédita en materia de justicia.

¿Cuáles son los principales problemas que tiene la justicia en este momento? y ¿qué se va a hacer al respecto?
No vamos a seguir cabalgando en el tema de la reforma judicial, porque el tema de las leyes no es lo que produce un cambio estructural en la justicia. Todos los abogados somos dados a plantear formas legales, pero eso es un valium para una enfermedad terminal que hay que atacar de fondo.

Los códigos ya están, por ejemplo el de la oralidad, el problema es que no están en vigencia y eso genera un sinnúmero de dificultades.

¿Cómo enfrentar esas dificultades? ¿Qué van a hacer?
Tenemos un plan de descongestión judicial en vigencia que le ha costado al Gobierno en los últimos cinco años, $2,4 billones, eso no puede seguir siendo una política episódica.

Esto es un problema de descongestión estructural porque hay mayor demanda de justicia, lo que prueba que los colombianos están confiando más en el sistema judicial. Por eso han terminado yendo a los jueces y a los tribunales a solucionar sus disputas de forma masiva.

Como ha crecido la demanda no puede seguir manteniéndose la oferta. Recuerdo que cuando era ministro de Justicia en la década de los 80, había 4.183 jueces.

30 años después, existe el mismo número y la demanda ha crecido 300% . Entonces ¿cómo vamos a pretender que haya descongestión?.
¿Cuál es la propuesta puntual del Gobierno para la descongestión? A partir de 2015, vamos a hacer de la descongestión un programa permanente y regular. Se va a incrementar la capacidad instalada con un costo de $500.000 millones que ya están contemplados en el presupuesto del próximo año.

También se van a incorporar 300 magistrados y 700 nuevos jueces, o sea 1.000 nuevos funcionarios judiciales. 1.000 empleados que frente a 4.000 que hay hoy, implican un crecimiento de la capacidad instalada del sistema de casi 25%. Esas son acciones concretas para que empiece a operar mejor la justicia.

Por otro lado, como no tenemos recursos suficientes, presentamos un proyecto de ley al legislativo, hace dos semanas, que le va a arbitrar recursos para el próximo año de $650.000 millones a la justicia.

Esto va a empezar una revolución, porque, por ejemplo, el sistema oral no funciona por falta de salas de audiencia y sistemas de grabación.

Con esa plata bien administrada por el Consejo Superior de la Judicatura, va a haber nuevos edificios con el equipamiento y la tecnología necesaria.

A parte de los $650.000 millones ¿habrá otra inyección de recursos?
Los depósitos judiciales que valen $4,3 billones están hoy devengando a favor de la rama judicial, una tasa de 0,4%.

Lo que estamos haciendo, es lo que haría cualquier persona con su patrimonio. Si ustedes tienen $4 billones, los lleva al banco para que le paguen intereses de 0,4% o los colocan a la tasa DTF del mercado.

El fisco no va a poner nada, nos va a pagar más por los dineros que le pertenecen a la justicia. Eso era lo que teníamos que hacer desde hace tiempo. Hay depósitos que no le pertenecen a nadie, entonces que se utilicen en la justicia.

¿Por qué dice que no le pertenecen a nadie?
Porque estaban a la orden de un juzgado que ya no existe. De un proceso que ya no tiene el poder judicial.

También estamos hablando de aumentar el costo del arancel que se cobra en los remates judiciales. En fin, le hago la cuenta, $650.000 millones que había mencionado por el proyecto de ley, más $350.000 millones que ya teníamos apropiados, el año entrante habrá, en total, $1 billón para transformar la justicia.

Al terminar el gobierno del presidente Santos, la justicia oral será una realidad en Colombia y vamos a tener procesos que en sus dos instancias no se tarden más de dos años.

Eso es prontitud y cumplimiento. Nos vemos en 2018.

Hay preocupación entre jueces y magistrados porque dicen que con todo el revolcón del Consejo Superior de la Judicatura se va a traer a administrar justicia a políticos y no ha gente preparada para este tipo de cargos, ¿qué dice frente a eso?
Ni de fundas. Eso no va a suceder. En cualquier negocio privado o público se requiere de recurso humano, que en este caso, crecerá 25%. También recurso financiero y ahí ya le mencioné el volumen que es transformador.

Lo que queremos es buenos gerentes públicos y un modelo de la justicia que sea eficiente.

Se han planteado unos órganos de gobierno del poder judicial en los que no van a meter las narices los políticos. Solo los administradores públicos y los magistrados de las Altas Cortes. Ahí no habrá ningún representante de sectores sociales y políticos.

No le vamos a tocar una coma al autogobierno judicial, eso es una conquista que se dio en la Constitución de 1991.

La inseguridad jurídica ¿ha impactando la inversión extranjera?
No, para nada. En este momento tenemos una tasa de inversión de 30% del PIB. La noticia de la producción local de Heineken, por ejemplo, es una clara apuesta al crecimiento de la economía colombiana. Proyectos como esos hay en cantidades.

Otra cosa, fue la apuesta privadacon una inversión de $1.000 millones sobre el Río Magdalena.

La Asociación Público Privada (APP) que acabamos de hacer entre Ibagué y Cajamarca, eso lo está liderando el grupo Colpatria. Jalonando el desarrollo con estas obras de infraestructura, auguro que el país no se va a parecer en cuatro años a lo que es hoy.

¿Cuáles son sus temas prioritarios para este momento y 2015?
Desde el tema de paz estamos tendiendo muchos puentes por mandato del presidente de la República. Esto para que la paz no sea del Gobierno, sino de todos los colombianos. Estamos hablando con los diferentes sectores de opinión, con la oposición y demás, para que con sus ideas, alimenten el proceso de negociación.

Hay áreas específicas de la Presidencia que quiero subrayar. Lo primero es el fortalecimiento del programa presidencial en la lucha contra la corrupción, ese es un tema que no vamos a dejar de lado. La Fiscalía es un aliado incondicional en este proceso.

Tenemos que seguir trabajando en el tema de seguridad jurídica, en ese sentido estamos avanzando en la simplificación de la regulación. En Colombia hay muchas leyes, alrededor de 20.000 vigentes, y eso hace que la aplicación sea imposible. También estamos trabajando por la simplificación de los Decretos que hay como 50.000. Eso es muy complejo.

¿Cómo se va a avanzar en ese sentido?
Colombia va a tener a partir de enero, solo 16 Decretos. Va a haber el Decreto de Comercio Exterior, de Hacienda, de Justicia, de Minera, etc. Van a funcionar como ‘el Decretón’, como el de materia financiera en el que todas las regulaciones del sistema bancario están en un solo Estatuto.

¿Quién es Martínez?
Martínez Neira se graduó como doctor en Ciencias Jurídicas de la Universidad Javeriana en 1977 y desde entonces se ha desempeñado con éxito en el sector público y privado. En su hoja de vida pesan cargos como el de ministro de Justicia y ministro del Interior. También fue embajador de Colombia en Francia, miembro de la junta directiva del Banco de la República y conjuez del Consejo de Estado.

Es reconocido por ser el abogado y mejor amigo de grandes ‘cacaos’ como Luis Carlos Sarmiento.

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