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Procaña, decidida a controlar la volatilidad

martes, 13 de mayo de 2014
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Paula Delgado

En entrevista con Agronegocios, Molina dijo que su principal reto está en combatir los factores que afectan la competitividad, especialmente, los relacionados con el cobro del impuesto predial.

¿Cómo recibe la Asociación?
La recibo en un momento bastante interesante porque el trabajo que se ha venido desarrollando, especialmente en los últimos años, ha estado orientado al fortalecimiento gremial y a aspectos que benefician a los productores. Hoy tenemos 300 afiliados y una política de inclusión con los pequeños productores.

¿Y el sector?
Está muy golpeado, sobre todo porque en los últimos años factores externos han alterado el manejo que los productores le dan a sus fincas; el cambio climático es uno de ellos. Entre 2008 y 2009 tuvimos una época de El Niño y otra de La Niña que impactaron la producción sustancialmente.

¿Qué factores internos afectan su competitividad?
Los costos de producción, principalmente el cobro del impuesto predial. Los incrementos en nuestros municipios llegan hasta superar el 100% con costos de hasta $300.000 por hectárea, lo que compromete hasta en 30% la utilidad.

¿Cómo se ha comportado el precio?
Entre 2012 y 2013 la producción mundial cayó entre 15% y 20%, el precio internacional mermó en un orden equivalente por cuenta de varios efectos externos que hacen que el sector atraviese por un momento difícil. Sin embargo, creemos que este año se puede revertir eso.

¿La variación del clima los está afectando?
En la zona Andina en la cual se mueve la mayoría del cultivo de caña las condiciones no son desfavorables, tenemos un régimen de precipitación por encima del promedio.

¿En cuánto está la producción de caña?
Se producen entre 20 millones y 22 millones de toneladas de caña anuales que se convierten en 2,2 millones de toneladas de azúcar y 370 millones de litros de etanol, producto de 228.000 hectáreas cultivadas en cinco departamentos en el valle del río Cauca.

¿Cómo se está en comercio exterior?
El sector viene exportando en los últimos 20 años entre 50% y 60% del azúcar que produce. Solo el año pasado se enviaron 800.000 toneladas. Ahora estamos buscando nuevos mercados con valor agregado.

¿Y en importaciones?
Las cifras nos muestran que las importaciones pasaron de 180.000 toneladas entre 2011 y 2012 a más de 300.000 toneladas, la mayoría de Bolivia, lo que nos preocupa porque somos un país con excedentes.

¿Qué pasa con otros endulzantes?
Nos preocupan las importaciones de jarabe de maíz y otras mezclas que afectan el consumo interno porque han logrado su propia dinámica.

¿Cuáles son sus retos en adelante?
Trabajar en mecanismos de regulación y protección del sector que controlen la volatilidad. También procuraremos el mejoramiento continuo desde la inversión en investigación para el desarrollo sostenible, de manera que podamos aumentar la rentabilidad y la calidad de vida del cultivador.

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