Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

sábado, 11 de febrero de 2017

Fifa entendió también hace tiempo que limitar el fútbol organizado a la mitad de la población mundial no tenía sentido económico y desde los últimos escándalos de corrupción invitó a más mujeres a formar parte de la dirigencia mundial. No obstante lo anterior, en temas de competición la segregación es total y los hombres siguen teniendo privilegios y prerrogativas frente a las mujeres; los viáticos, premios y la atención que se le da a los hombres es siempre superior a la de las mujeres por hacer la misma actividad. 

El muy promocionado torneo profesional de fútbol femenino empezará en pocos días con muchas dudas; el reglamento se demoró en salir y si bien se trata de un campeonato profesional, las jugadoras deberán permanecer durante bastante tiempo sin jugar, lo que desde el punto de vista financiero para los equipos resulta complejo. El tema de la reglamentación no es sencillo o al menos no se ha aclarado completamente.

Tanto en los reglamentos de Fifa, como en los de la federación colombiana de fútbol se aclara “Todos los términos que se refieren a personas físicas se aplican indistintamente a hombres y a mujeres” situación perfectamente normal en un mundo donde se busca la igualdad de género. Es lógico, los campeonatos y todas las disposiciones relativas al juego, las transferencias y demás aspectos organizativos deben ser iguales para hombres y mujeres. Sin embargo en cuanto a los derechos de formación, es decir la remuneración para los clubes aficionados, la Federación indica: “las disposiciones relativas a la indemnización por formación no se aplican a la transferencia de jugadoras desde y hacia clubes de fútbol en su rama femenina.” Se trata de una discriminación de género totalmente inexplicable e inconstitucional.

Formar un jugador profesional de fútbol requiere esfuerzo, trabajo y dinero, la meta de cualquier academia es lograr ubicar en un club profesional alguno de sus deportistas para recibir algo de dinero. Con la prohibición de negociar los derechos económicos de los jugadores, este pago se hace mas necesario pues no hay otra forma de obtener recursos por los jugadores formados. 

El argumento de la Federación es que si los clubes profesionales asumen los costos de formación que por reglamento se exigen para los hombres en el fútbol femenino, económicamente el campeonato sería inviable. No entiendo esta posición, durante algo más de seis meses se habló por todos los medios de mejorar, incentivar y promover el fútbol femenino y de las bondades de este torneo y de un plumazo se le corta cualquier posibilidad de negocio a las academias que forman mujeres. Sin estas, el fútbol y sobre todo el femenino no existiría y la decisión de la Federación de no remunerar a los formadores de jugadoras de fútbol va en contravía de lo promocionado durante mucho tiempo.