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INFRAESTRUCTURA

Estos son los proyectos que están en riesgo por la caducidad del túnel de La Línea

jueves, 29 de enero de 2015
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María Alejandra Solano Vargas

Ya se ha dicho que si el Instituto Nacional de Vías (Invías) decreta en firme la caducidad del contrato del túnel de La Línea, esto podría afectar a otras obras en el país. También se ha dicho que once empresas nacionales y extranjeras tendrían que ceder los contratos. Sin embargo, poco se aclara sobre cuáles serían los proyectos de infraestructura que estarían en riesgo.

Bogotá - Girardot, Zipaquirá - Bucaramanga (Palenque); Transversal de Boyacá; Puerto López - Puerto Gaitán; Honda - Villeta y el Proyecto Vial Corredor del Paletara, son algunos de los contratos que los integrantes de la Unión Temporal Segundo Centenario tendrían que ceder.

Según Francisco Suárez, consultor en temas de infraestructura, “en caso de quedar en firme la caducidad del contrato e inhabilidad de los contratistas, estos estarían obligados a ceder los contratos en los cuales están ejecutando obra”.

El contratista Unión Temporal II Centenario está conformado por las empresas: Condux, Álvarez y Collins, Constructora Carlos Collins, Promotora Montecarlo Vías, Túneles de Colombia, Construirte, Constructora Herreña Fronpeca , Ingenieros Constructores Gayco, Feluca y H&H arquitectura. Las firmas, también, quedarían inhabilitadas por cinco años para contratar con entidades públicas.

Álvarez y Collins es una sociedad de Gilberto Álvarez Mulford y Carlos Collins, Promotora Montecarlo Vías pertenece a Álvarez, mientras que, Constructora Carlos Collins a Carlos Collins. Entre ellos tienen la Transversal de Boyacá y Bogotá-Girardot. Por su parte, Ingenieros Constructores Gayco tiene proyectos como Honda- Villeta y Puerto López- Puerto Gaitán.

La información fue obtenida de las páginas oficiales de las empresas, pues cuando se le preguntó a Carlos Collins sobre sus socios no quiso hablar del tema, mientras que el Instituto Nacional de Vías (Invías), aludió que estaba consolidando la información.

Concreto, el florero de llorente

En el contrato inicial de túnel de la Línea se estipuló que el revestimiento (la capa que protege el túnel) se podía hacer de concreto lanzado o concreto convencional. Para los ingenieros, la diferencia entre uno y otro es que si se hace con el convencional se ve mejor estéticamente. No obstante, se necesitaría más material por lo que el presupuesto se incrementa.

Actualmente, un metro de túnel revestido de concreto lanzado podría costar $1,3 millones a diferencia de un metro con concreto convencional que vale cerca de $7,4 millones.

Si el contratista cubría el túnel con concreto convencional el valor del contrato era por el cual estaba pactado $612.131 millones. Sin embargo, si el túnel se revestía de concreto convencional la obra costaría $951.021 millones.

Cuando Leonidas Narvaez, llegó a dirigir el Invías, el interventor de la obra sugirió que el túnel se hiciera con concreto convencional, es decir, las obras quedarían mejor a la vista pero cada metro de construcción costaría $6,1 millones más y la obra $338.891 millones más.

“El lanzado es un material que se lanza a presión con mangueras y se usa para cubrir paredes para que no se desprendan. El convencional es arena, cemento y piedra. (...) Lógicamente el convencional incluye en mayores gastos”, asegura Juan Jerez, ingeniero de la Universidad Industrial de Santander (UIS).

El Florero de Llorente terminó siendo el concreto que se utilizaría. Puesto que en la modificación número siete del contrato, el Invías le instruyó al contratista hacer las obras en concreto convencional, el más costoso. También, se asegura en el contrato que el Instituto Nacional de Vías le da nuevos plazos al contratista, pero que no ajustará el presupuesto del mismo.

El contratista Carlos Collins, aseguró que “el Invías dice que ha pagado el 98% del contrato y le falta el 25% de la obra. La realidad es que las obras costaron 155% adicional y yo ya he ejecutado mucho más de lo que se planteó en el contrato”.

Ahora, si el Invías pone en firme la caducidad se podría enfrentar a una demanda por perjuicios de $100.000 millones y la obra podría costar mínimo $160.000 millones adicionales.

LR intentó comunicarse con Carlos Alberto García, nuevo director del Invías, pero sus asesores dijeron que por ahora no se quiere referir al túnel de La Línea.

El largo camino que ha pasado el túnel de La Línea

El proyecto que está entre Calarcá y Cajamarca, bajo el llamado alto de La Línea, es la ruta que buscaba facilitar el tráfico por una de las vías más transitadas del país y debía entregarse el 30 de noviembre del año pasado. Sin embargo, después de que el Invias corroboró que la construcción no estaba completa declaró la caducidad.

La entidad informó que solo el 74% de las obras que obedecían a la segunda etapa habían sido ejecutadas a pesar de que la construcción empezó en diciembre de 2009 con un monto inicial de $629.000 millones y debía ser entregada completa en julio de 2013. No obstante, el contratista Carlos Collins defendió siempre que las obras tenían un avance del 99,4% y que solo le faltaría un mes para terminar con la construcción, por lo que lo mejor era que lo dejaran terminar.

Las opiniones

Francisco Suárez
Consultor infraestructura

“De quedar en firme la caducidad del contrato e inhabilidad de los contratistas, estos estarían obligados a ceder los contratos”.

Carlos Collins
Representante legal de la Utsc

“El Invías dice que me han pagado el 98% del contrato y le falta el 25% de la obra. La realidad es que las obras costaron 155% más”.

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