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lunes, 29 de septiembre de 2014

Durante el tiempo que llevan las negociaciones con el grupo terrorista han surgido una serie de cuestionamientos a la manera de adelantar las negociaciones, pues no se logra entender que al tiempo que se “avanza” en el proceso de negociación, de manera simultánea las Farc arrecian su actuar terrorista, esto ha llevado a que la población colombiana sea muy pesimista frente a lo que se negocia en La Habana, es que no se logra comprender como las Farc desde que están en la mesa de negociaciones, han logrado aumentar su capacidad bélica y de destrucción hasta en un 300%, la infraestructura vial, petrolera, eléctrica y el transporte han sido sus blancos de los últimos días.

Frente a los documentos revelados por el ejecutivo, vale mencionar que examinando detenidamente no hay nada concreto, es palabras más palabras menos, el mismo sin fin de generalidades que hace concluir de manera lógica la dificultad de poder coercitivo alguno para su cumplimiento, sencillamente porque como se logra ver, por ninguna parte aparecen compromisos de entrega de armas, y cese de actividades terroristas y de violencia, por el contrario los hechos de las últimas semanas demuestran la actitud desafiante y bélica de las Farc, más bien pareciera que ese acuerdo de generalidades es la justificación perfecta de los crímenes de las Farc. 

Muy seguramente pronto firmaran algo, ojala no sea ese acuerdo de generalidades que no conduce a nada, por el bien de todo el país; pues no se puede hablar de paz con un grupo terrorista en armas haciendo política en regiones vulnerables y de fácil despliegue de violencia; sin entrega de armas y concentración de guerrillerada no puede hablarse de paz duradera, en las Filipinas intentaron hacer algo parecido hoy llevan cincuenta años y no ha sido posible desarmar a un grupo terrorista que hace “política”, trafica y aplica su voluntad a los ciudadanos, estamos seguros que si se quiere hablar de paz en Colombia es necesario ver en los documentos de acuerdos con condiciones.

Esas condiciones tienen que ser desde luego para las Farc, no solo dejación de armas sino también la entrega de rutas de narcotráfico y la dejación de esas actividades, la cesación definitiva e imperante de actos violentos y terrorismo, la renuncia a la extorsión y el boleteo; de lo contrario serán más los empresarios que van a querer sacar su inversión de Colombia y mirar otras latitudes con más herramientas de estabilidad y seguridad, pues lo que se puede concluir de la revelación de los acuerdos es que a las Farc se le habla entre paréntesis de extinción de dominio y lavado de activos; extrañamente a pocos días de revelar los documentos el jefe del equipo negociador “denuncia” intentos de “chuzadas”.