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EDITORIAL

Entender las consecuencias económicas de la paz

lunes, 16 de mayo de 2016
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El texto de Keynes, al menos su título y argumento, caen como anillo al dedo en momentos de reparo sobre las consecuencias de la paz.

“Lo que Keynes descubrió en las conversaciones de paz de París le sorprendió: mientras que los victoriosos líderes aliados, movidos por la venganza, soñaban con la miseria que esperaban provocar en el país alemán mediante penas financieras severas, Keynes veía las cosas de una forma ligeramente diferentes. Creía que para provocar deliberadamente la miseria de un país como Alemania, había que imponer la pobreza total a sus ciudadanos, lo cual crearía las condiciones perfectas para el extremismo político, la insurrección e incluso la revolución. Keynes creía que el Tratado de Versalles, en lugar de propiciar un final gusto para la Primera Guerra Mundial, había preparado el terreno para la Segunda Guerra Mundial. De vuelta a casa, escribió Las Consecuencias Económicas de la Paz, una crítica devastadora a la locura de los líderes aliados. El libro fue best seller en todo el mundo e impulsó a Keynes hasta lo más alto del panorama internacional, como economista que estaba en sintonía con el pueblo”.

Nicholás Wapshott (2011) hace esta introducción en su texto, Keynes vs. Hayek, uno de los libros más influyentes cuando se trata de entender el choque de tesis que han definido la economía moderna y que ayuda a entender el debate económico actual sobre el alcance de la intervención económica estatal y la libertad económica, popularmente conocida como neoliberalismo. El apunte viene como anillo al dedo en tiempos en los que nuestro país debate sobre los alcances económicos, políticos, sociales y jurídicos, de un inminente acuerdo de paz entre el grupo guerrillero más fuerte, temerario y destructivo con el Estado colombiano. 

A simple vista, el título de libro de Keynes, Las consecuencias económicas de la paz, puede usarse como un arma de doble filo: primero para quienes se oponen a la gestión del presidente Santos en función de los logros sociales asociados al fin del conflicto negociado, versus, los quieren tierra arrasada y pacificación total, cueste lo que cueste. Si analizamos bien el argumento de Keynes, sobre las consecuencias económicas de la paz, haciendo firmar un mal acuerdo e intentando arrodillar a toda costa a los guerrilleros, caen en el mismo error de los aliados, quienes por venganza histórica y por mostrar resultados políticos, no lograron un tratado que perdurara en el tiempo. Ahora bien, el título también puede prestarse para demostrar justamente lo contrario: las consecuencias económicas de la paz son muy altas si no se firma lo justo para las víctimas y se incuba de nuevo el sentimiento paramilitar, aparentemente sepultado.

A Keynes le dio la razón la historia, pero no hacerle caso en su momento costó millones de muertos en la vieja Europa. Las condiciones del conflicto colombiano son distintas, pero no se puede pecar en los alcances de los acuerdos.

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