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De acuerdo con una encuesta realizada por Invamer Gallup, la mayoría de encuestados (45,4%) espera un dólar para final de año entre $3.001 y $3.300. Una cifra que se parece a la del año pasado si se tiene en cuenta que la divisa estadounidense terminó el año en $3.000,71.
Otro gran porcentaje de los reseñados (39,1%) señaló que este tipo de cambio se ubicará entre $2.800 y $3.000.
De allí las expectativas se centran en un dólar más alto, pues 6,1% de los empresarios estima que la moneda norteamericana podría ubicarse entre $3.301 y $3.500. Un porcentaje menor, 5,2%, ubica la moneda en un precio por debajo de $2.800 y solo 2,6% de la muestra cree que se podrían romper los $3.500.
Diego Franco, presidente de Franco Group, indicó que las proyecciones de su compañía ubican una divisa entre $2.950 y $3,050. Además, explicó que es probable que el rango de los empresarios encuestados se dé porque es una moneda menos fuerte de lo que se venía anticipando en años anteriores.
“Creo que habrá sobresaltos, pero ese dólar de $2.500 no lo veremos”, dijo Franco.
Precios al consumidor
Por el lado de la inflación, las cosas parecen tener otro matiz. Si bien 37,9% de los encuestados considera que esta cifra se ubicará entre 4,1% y 5%, que sigue siendo un dato alto, sería menor a la variación de 5,75% registrada en 2016.
Otra porción de la muestra (22,3%) pone el índice en una variación entre 3% y 4%, y 21,7% de los empresarios cree que la inflación estará por encima de 6%.
Solo 17,1% de los empresarios pone el indicador entre 5,% y 6%. Quienes ubican a la inflación por debajo de 3% solo son 0,6% de los encuestados.
En este valor, el experto señaló que para el final del año ubica un IPC entre 4,5% y 4,6%, por lo que indica que coincide en que estará por fuera del rango meta del Banco de la República.
“Vamos a ver los efectos fuertes de la reforma tributaria en febrero”, dijo el analista.
Por otra parte, en la encuesta, los empresarios añaden que entre los aspectos que se deben mejorar en el país para tener un mejor clima de inversión los más urgentes son las garantías jurídicas.
Así mismo, un tema que preocupa a los empresarios es la disciplina fiscal y la estabilidad política, lo que podría hacer llegar más inversionistas.
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