El municipio sin efectivo

Se imaginaría el común de la sociedad que son las grandes ciudades como New York, París, Washington, entre otras, las que, por su liderazgo en el uso de la tecnología y por su cada vez más arraigada costumbre en el uso de medios de pago electrónicos, están preparadas para vivir sin el uso del efectivo. Pero no. Fue un municipio de Colombia, Concepción (Antioquia), el que ha dado es gran paso y ha permitido la materialización de este proyecto, mediante el cual buena parte de sus habitantes pueden realizar sus operaciones sin recurrir al efectivo. Este acontecimiento, que en principio parecería ser parte del imaginario de países con un alto grado de desarrollo, ¡hoy es una realidad en un municipio colombiano…!

El éxito de este plan piloto nos muestra que ya no son solo los taxis sofisticados de las grandes urbes los que utilizan medios de pago electrónicos, ahora son los Bici-taxis de este municipio los que se pagan sin efectivo. Ya no son solo las grandes cadenas de droguerías tipo CVS de Estados Unidos las que reciben pagos electrónicos, ahora también lo es la droguería del pueblo. Ya no son solo las grandes cadenas de comercio tipo Wal-Mart, ahora también es la tienda “El Diamante” o el mercado “Doña Concha” en este municipio los que reciben pagos electrónicos.

Contar ahora con un municipio que ha dejado atrás el efectivo para realizar sus transacciones es un hito en un país que, como Colombia, tiene elevados niveles de uso del efectivo, y que lucen críticos frente a referentes internacionales. La relación entre el dinero circulante y la oferta monetaria (M2) bordea hoy niveles de 12%, una cifra que no solo supera los registros de los países pertenecientes a la Alianza del Pacífico (8,3%), sino al de los países de ingreso medio alto (8,7%) y al de los miembros de la Ocde (5,6%). Y es que el sobreuso del efectivo tienen amplias implicaciones económicas y una alta inconveniencia en términos de portabilidad y seguridad, con costos sociales y privados que impactan la dinámica de la actividad productiva. 

El Gobierno Nacional, consciente de las bondades de la reducción del sobre uso del efectivo, ha venido promoviendo en los últimos años el uso de medios de pago electrónicos y, más recientemente, fijó una meta cuantificable para la reducción del uso de efectivo de los niveles actuales de 12% (en la relación efectivo/M2) hacia niveles de 8,5% en 2018. La Banca, desde tiempo atrás, también ha venido impulsando de manera decidida y contundente la reducción de uso del efectivo y la promoción de la mayor utilización de canales electrónicos, un hecho que ha permitido que el país,  mediante un portafolio de canales más amplio, haya logrado reducir el uso del efectivo, incrementar la bancarización y facilitar la transaccionalidad. 

Pero ha sido gracias a este esfuerzo conjunto entre Gobierno y el sistema financiero, y gracias a la activa participación de Davivienda, que hoy el país es partícipe de un verdadero hito en materia de utilización de medios electrónicos. Y es que el plan Piloto de “cero efectivo” que se ha desarrollado en Concepción es un avance de inclusión financiera y una valiosa experiencia para el mercado, en la que estamos seguros que el Gobierno nos continuará acompañando en el diseño de un adecuado marco regulatorio que le permita al país vincularse en una verdadera transformación y modernización del sistema de medios de pagos, más aún cuando otros bancos también presentan soluciones de banca móvil y están piloteando experiencias en otras zonas del país.

Quiero enfatizar que el efectivo, desde luego, no deberá desaparecer totalmente ya que seguirá siendo el medio más adecuado para transacciones de bajo valor, pero la experiencia de Concepción nos indica que el desarrollo de medios de pago electrónicos puede ser una realidad. El país debe celebrar el éxito de esta iniciativa, de la que se derivarán importantes lecciones para la sociedad en el camino hacia la materialización la meta de reducción del sobreuso de efectivo en el país, una de las grandes apuestas de la Banca.