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martes, 3 de junio de 2014

En ese campo no hay quien los derrote y siempre le atinan: “Mañana será un día soleado o habrá nubes y sombra”. Imposible refutar esa increíble predicción. Por ello, yo prefiero revisar algunos datos y sugerir algunas ideas puntuales sobre lo que podría ocurrir el 15 de junio en la segunda vuelta, evitando caer en aquella opinión de expertos que se repite como si todos fueran robots: “Aquí puede pasar cualquier cosa”. Sí, en efecto, y mañana puede llover o no llover.

En las pasadas elecciones al Congreso del 9 de marzo, los tres partidos que avalan la candidatura de Juan Manuel Santos, Presidente en ejercicio, obtuvieron una votación cercana a los cinco millones de votos, sumadas sus tres listas de candidatos al Senado, que se elige en circunscripción nacional. Por su parte, la lista del Centro Democrático logró una votación cercana a los dos millones de votos, al igual que la lista del Partido Conservador. 

No en vano, el Presidente-candidato se refirió al “decoroso segundo lugar” que obtuvo la lista encabezada por Álvaro Uribe, superada en cerca de 200 mil votos por la del Partido de la U. Hasta ahí el Presidente se veía triunfal, más cuando los congresistas conservadores, irrespetando los estatutos del partido y la sana lógica de una política digna, decidieron respaldar su candidatura en contra de la candidata oficial, Marta Lucía Ramírez.

El 25 de mayo todo cambió. El candidato del Centro Democrático logró más de tres millones setecientos mil votos y la candidata del Partido Conservador, en contra de casi todos los parlamentarios de su colectividad, logró un importante tercer lugar superando los votos que obtuvo la lista al Senado del partido. El Presidente-candidato, avalado por tres partidos políticos y con el respaldo de los tránsfugas conservadores, solo logró 3,3 millones de votos. Una derrota que hasta hace unos meses pocos habrían imaginado. Por su parte, Enrique Peñalosa compitió con el voto en blanco y Clara López demostró que una propuesta de Izquierda aún logra mover un número importante de electores. Sumados lograron cerca de tres millones de votos, mientras que sus listas al Senado no llegaron al millón.

De manera que Santos no la tiene fácil para el 15 de junio. Los tránsfugas conservadores no le pueden ayudar más de lo que ya lo ayudaron. Trataron de ganar en la convención y perdieron; trataron de alegar ante el Consejo Nacional Electoral y perdieron; lo acompañaron en la primera vuelta y perdieron; y lo acompañarán en la segunda vuelta. Liberales, radicales y los del Partido de la U, siguen sin reconocer que en muchas de sus facciones hay electores “uribistas” que acompañan con su voto a los parlamentarios, pero jamás al presidente Santos. El Polo como partido mal haría en apoyar al Presidente, pues criticaron hasta el final el modelo económico, social y político que representa. Peñalosa… mejor que no se meta en nada para la segunda, en aras de no afectar más a Santos.

Entonces, lo que se enfrenta el 15 de junio es la coalición entre el Partido Conservador y el Centro Democrático por un lado, y la Unidad Nacional de Santos, que ahora cuenta con Gaviria, Serpa y Samper por el otro. La última vez que este enfrentamiento se presentó fue en 2002 y Uribe ganó en primera vuelta.