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Un comercio internacional golpeado por la caída de los precios de los commodities, que llevaron al intercambio regional a niveles que no se veían desde la Gran Depresión, perjudicó el comportamiento comercial de Colombia.
Marcel Hofstetter, director del programa de Finanzas y Comercio Internacional de la Universidad de La Salle, dijo que “a pesar de la devaluación que hemos tenido el déficit no se ha corregido. Se viene una nueva devaluación, casi con toda seguridad. No es del todo bueno para la economía colombiana, pues eso va a significar nuevas presiones inflacionarias”.
La consecuencia de que aún se importe más de lo que se exporte recae sobre el déficit de cuenta corriente, que refleja que el Gobierno está gastando más de lo que le ingresa. Según el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, este déficit llegó el año pasado a US$19.000 millones.
Los riesgos, según había explicado José Manuel Restrepo, rector de la Universidad del Rosario, están en que hay un menor circulamiento de divisas y por ende una mayor tasa de cambio que “afecta a todos los colombianos por la vía de la inflación, porque a más tasa de cambio los productos importados se hacen más costosos”.
Precisamente, Mario Valencia, de la Red de Justicia Tributaria, consideró que el principal problema que tiene el país es el déficit en cuenta corriente. “Esto nos obliga a endeudarnos más y demuestra que en las relaciones económicas internacionales de Colombia somos un perdedor neto”.
La menor dinámica de las economías de los principales socios ha sido uno de los argumentos del Gobierno para explicar la caída del comercio internacional. Según el boletín del Dane, en diciembre, las compras externas a China fueron las que más se redujeron al tener una contracción de 33%, en comparación a 2014.
El último informe de la Cepal ya había resaltado la desaceleración de las exportaciones del gigante asiático. “China está cambiando su modelo económico basado en la inversión y las exportaciones hacia uno de crecimiento menor pero más sostenible, basado en el consumo y los servicios”, explicó el órgano multilateral.
Sin embargo, pese al comportamiento global, Valencia dijo que hubo “US$2.000 millones que se perdieron en exportaciones que son de bienes industriales y productos agrícolas. La explicación de eso es la incapacidad del Estado de promover y apoyar a sectores productivos”.
Hofstetter añadió que es preocupante que las exportaciones no reaccionen, algo “previsible al concentrarlas en bienes como el petróleo, pues se sacó a muchos sectores alternativos de la oferta exportadora”.
Sin embargo, resaltó que las importaciones, que se tasaron en US$54.057 millones el año pasado, se estén frenando, aunque todavía no lo suficiente para corregir el déficit. De estas, las que más se redujeron, durante el año anterior, fueron las del sector de combustibles con una contracción de 29,7%, al pasar de US$8.525 millones, en 2014, a US$5.992 millones el año pasado.
Además, las compras externas del segmento manufacturero tuvieron una reducción de 14%, ya que pasaron a US$41.934 milllones en 2015, a diferencia de los US$48.735 millones que se lograron durante 2014. En el caso del sector agrícola, las importaciones cayeron 7,5% y pasaron de US$6.508 millones, obtenido en 2014, a US$6.019 millones el año pasado.
En diciembre el descenso fue de 24,2%
Según el registro del Dane, durante diciembre del año pasado, las importaciones de Colombia cayeron 24,2% pues pasaron de US$5.488 millones en 2014 a US$4.159 millones durante el año pasado. La entidad oficial resaltó que las compras externas del país bajaron, especialmente, por la reducción en el grupo de manufacturas, con una caída de 28,1%. El segmento agropecuario disminuyó 15,3%, mientras que el de manufacturas se redujo 15,3%. El grupo de otros sectores concentró una caída de 74,7%.
La opinión
Alejandro valencia
Miembro de la red de justicia tributaria
“Lo que pasa en Colombia no aparece en ninguna cartilla de economía: que tengamos una devaluación tan alta y no seamos capaces de aprovecharla para exportar más”.
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