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martes, 9 de junio de 2015

El activismo de los accionistas se entiende como la influencia y/o presión que pueden llegar a ejercer los accionistas en la administración de la sociedad, principalmente motivados por la obtención de un beneficio particular. 

Para algunos, esta forma de activismo puede considerarse nociva para el desarrollo del objeto social de una sociedad, debido a que la influencia ejercida puede derivar en un  entorpecimiento de la ejecución de negocios actuales; en cambio, para otro sector, esta nueva “actitud” puede generar resultados positivos al generar mayor control sobre las actuaciones de los administradores de las sociedades, evitándose prácticas defraudatorias y  promoviendo la adopción de  políticas de buen gobierno que benefician no solo a los mismos accionistas sino a la sociedad en general. 

En Estados Unidos se han llegado a presentar casos en donde un porcentaje de accionistas, guiados por intereses particulares, buscan “tomarse”, mediante mecanismos hostiles, el control de las empresas, única y exclusivamente para modificar la dirección y administración de la sociedad para su beneficio, lo cual ha obligado a que desde los mismos estatutos se establezcan mecanismos que eviten que dichas medidas se materialicen al interior de sus corporaciones (las llamadas “píldoras venenosas”). 

Teniendo en cuenta lo anterior, ¿es necesario generar o impulsar este tipo de activismo en los accionistas en Colombia? En casos como el colombiano podría pensarse a primera vista en impulsar cambios en el comportamiento de los accionistas con el fin de evitar casos de “dictaduras” de los órganos de administración de las sociedades o para denunciar eventos de abusos de las mayorías. Sin embargo, a diferencia de los casos presentados en Estados Unidos y otros países de tradición jurídica anglosajona, el marco normativo corporativo de nuestro país está dotado de un sinnúmero de mecanismos que le permiten al accionista tener un control efectivo sobre la administración de la sociedad así como para protegerse de los abusos que pretendan llevarse a cabo en su contra. 

La necesidad de contar con mayorías calificadas para la adopción de algunas decisiones, la posibilidad de iniciar acciones de responsabilidad en contra de los administradores, la aplicación de diversos sistemas para la elección de cuerpos colegiados, la posibilidad de acudir a la Superintendencia de Sociedades para la adopción de medidas administrativas ante irregularidades presentadas al interior de la sociedad, entre otros, son algunos ejemplos de las alternativas y mecanismos que se encuentran a disposición de los accionistas en Colombia para ejercer un efectivo control y seguimiento a la administración de la sociedad, así como para corregir irregularidades presentadas que afecten el devenir de la compañía o sus intereses. 

De esta forma, bajo nuestra regulación comercial, el activismo de los accionistas debe comprenderse e impulsarse bajo el entendido del rol que deben asumir los asociados al interior de las respectivas sociedades mediante la aplicación de las herramientas que el mismo sistema les ofrece, única y exclusivamente en procura del beneficio de los intereses de la sociedad, los cuales, al final, redundarán en sus propios.  Situaciones como las que se han presentado en Estados Unidos, en donde a partir de acuerdos entre algunos accionistas se han obtenido beneficios particulares a costa de los perjuicios que se puedan causar a otros, serán objeto de las correspondientes sanciones legales sin perjuicio de la reparación de los daños que se deriven de las mismas.