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Analistas 09/04/2014

Einstein sigue teniendo la razón

Javier Villamizar
Managing Director
La República Más
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La muy repetida frase atribuida al físico alemán Albert Einstein que reza “la locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes”, pareciera aplicarse al tema del hurto de los celulares en Colombia.  Recuerdo que hace casi dos años escribí para este mismo medio una columna titulada “El hurto de celulares: responsabilidad conjunta” donde discutía la necesidad de que tanto el Gobierno como la sociedad civil y la industria se pusieran de acuerdo para encontrar un mecanismo que enfrentará esta modalidad criminal. El Ministerio TIC, dentro de la “Política de Seguridad y Convivencia Ciudadana” del Gobierno Nacional, muy diligentemente y aprovechando el ruido mediático que generaron un par de asesinatos de personas inocentes al tratar de robarles su teléfono, logró la rápida implementación de una estrategia que exigía el registro de los seriales de los celulares utilizados en la modalidad pre-pago.  Este registro permite la implementación de listas “blancas” (las de los celulares debidamente registrados) y listas “negras” de celulares reportados como robados con el fin de que los operadores celulares no les presten el servicio.

En paralelo se lograron acuerdos con varios países de la región con el fin de que implementaran medidas similares, como el caso de Guatemala que a finales de 2013 aprobó una ley que castiga con hasta 15 años de cárcel a quien robe, con o sin violencia, celulares y cualquier dispositivo móvil, y establece sustanciosas multas a quien los comercialice. Desafortunadamente no todos los países vecinos han tenido el mismo nivel de interés en implementar medidas similares, lo cual abre un espacio para la exportación de los aparatos robados y su posterior comercialización. 

El problema no solo aqueja a lo mercados emergentes, en los Estados Unidos, según una coalición de políticos y agentes de la ley denominada “S.O.S” que presentó un estudio al congreso recientemente, se sabe que en 2012 se robaron cerca de 1,6 millones de teléfonos inteligentes y hoy en día 113 teléfonos móviles son robados cada minuto en ese país. El estudio indica que el 50% de los robos reportados a la policía en la ciudad San Francisco involucran un dispositivo móvil robado, con varias otras ciudades reportando estadísticas similares. 

Luego de estudiar las medidas tomadas por países como Colombia y Guatemala y de ver el poco efecto que ellas han tenido en su propósito de acabar con esta “industria”, los norteamericanos están proponiendo una solución técnica que podría cortar el problema de raíz, al obligar, esta vez, a los fabricantes a instalar un “interruptor de desactivación” en todos los celulares. A través de un proyecto titulado “Ley de Prevención de Robo de Teléfonos Inteligentes” presentado ante la Cámara de Representantes de Washington, se busca que todo teléfono móvil comercializado en ese país venga de fábrica con un mecanismo de seguridad, por medio del cual los usuarios y/o operadores móviles estarían en capacidad de borrar la información de los teléfonos robados y dejarlos inservibles para el ladrón. Como era de esperarse ya han salido algunos detractores de la medida  que han expresado su preocupación por que dicho “interruptor de desactivación” podría convertirse en un objetivo para “hackers” que tratarían de utilizarlo para interrumpir las comunicaciones legítimas de los ciudadanos o de los organismos de seguridad.

Los fabricantes de teléfonos en teoría tendrían un incentivo para la implementación del mencionado artefacto, ya que un teléfono “muerto” abre espacio para la venta de uno nuevo, por otro lado y como siempre ha sucedido, los operadores celulares que derivan sus beneficios del “tiempo aire” y del consumo de datos de sus usuarios, estarían menos motivados a apagar teléfonos robados. Lo que queda claro es que se necesita una acción mas drástica de parte de los gobiernos y de la comunidad internacional para acabar con este flagelo, porque está demostrado que las medidas tomadas hasta ahora no han sido efectivas. 

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