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  • Colprensa

jueves, 20 de febrero de 2014

La Alianza Verde tiene mucho que definir en el ámbito ideológico para ser considerada como una fuerza política coherente. En lo electoral, los verdes y los Progresistas tienen que cohesionarse en forma eficaz detrás de sus candidatos, asumiendo medidas concretas que servirán de banderas a unas administraciones y si no de oposición a las mismas.

Las peleas suscitadas alrededor de la posible candidatura de Enrique Peñalosa por la Alianza Verde parecen confirmar la tesis de los que consideran que se trata apenas de un acercamiento oportunista en busca de superar el umbral en las elecciones legislativas.

¿Pero será capaz la Alianza Verde de responder al desafío ideológico y electoral que tiene? Existe un antecedente electoral que vale la pena examinar: las elecciones presidenciales de 2010. En ese entonces, la candidatura de Antanas Mockus le permitió al Partido Verde alcanzar la segunda vuelta. Los Progresistas estaban todavía en el Polo Democrático Alternativo y gracias a la victoria de Petro en la consulta interna de septiembre de 2009, asumieron la candidatura presidencial del partido.

Después de la primera vuelta se especuló sobre la posibilidad de un acercamiento entre Petro y Mockus para apoyar al último en la segunda vuelta. A pesar de que no hubo una alianza oficial y que el Polo llamó a la abstención o el voto blanco en la segunda vuelta, la respuesta de los electores fue interesante.

En una primera aproximación, se puede decir que el candidato verde pasó de 3,3 millones de votos aproximados en la primera vuelta a 3,5 millones en la segunda, lo que da una ganancia de apenas 240.000 votos, lejos de los 1,3 millones que obtuvo Petro en la primera vuelta.

Pero esta aritmética no es muy acertada, porque asume que los electores de Mockus, que votaron en la primera vuelta lo hicieron coherentemente en la segunda vuelta. En realidad este no fue el caso, porque el candidato perdió votos entre las dos vueltas en unos 200 municipios.

Para tener una idea del endose de los votos de Petro a favor de Mockus en esa segunda vuelta, Yann Basset , profesor de la Universidad del Rosario, hizo un análisis a la geografía electoral comparando dos mapas: el porcentaje de votos obtenidos por Petro en la primera vuelta y la diferencia de porcentaje entre la segunda y primera vuelta a favor de Mockus.

Los dos mapas analizados por el investigador muestran que Mockus progresó entre las dos vueltas en muchos municipios en los cuales Petro había obtenido buenos resultados en la primera vuelta, en particular en el sur del país (Cauca, Nariño y Putumayo), en toda la Costa Caribe y en bastiones tradicionales de la izquierda, como por ejemplo Barrancabermeja.

Este dato nos indica que a pesar de las consignas en contra, una proporción significativa de los electores de Petro de la primera vuelta votaron por Mockus en la segunda. Esta proporción puede ser determinada estadísticamente, con lo que se encuentra que cerca de la mitad (44%) de quienes votaron inicialmente por Petro, luego lo hicieron por Mockus.

Aunque los progresistas de hoy son apenas una parte de los electores de Petro de 2010, en la medida en que nacen de una escisión del Polo Democrático, Basset determinó los electores de Petro de 2010 que lo siguieron en su salida del Polo para Progresistas, observando el mapa de ganadores de la consulta del Polo de septiembre de 2009.

Petro le ganó la candidatura a Carlos Gaviria en particular en la Costa Caribe y en la parte alta de Nariño, zonas fuertes del candidato ganador del Polo donde, efectivamente, a la postre hubo un muy buen endose de votos de Petro a favor de Mockus.

En el caso de Nariño no se puede dejar de mencionar la influencia electoral que tiene en este departamento Antonio Navarro Wolf, hoy cabeza de lista de la Alianza Verde para las elecciones al Senado.

De este modo, el antecedente de 2010 indica que para muchos electores la Alianza Verde podría tener mucho más sentido de lo que sugieren los análisis que se focalizan sobre el tema ideológico.

Caso Peñalosa
Aunque los progresistas no tenían objeción para votar por Mockus, este no es el Partido Verde y de hecho ya no es miembro de dicha colectividad.

Todo muestra que el caso de Enrique Peñalosa podría arrojar resultados muy distintos. Además, no nos indica que pueda haber un comportamiento recíproco, es decir, que los electores verdes puedan votar por un candidato progresista.

La Alianza Verde tiene que definir todavía muchas cosas para tener lógica a los ojos de los electores: su candidatura presidencial y ubicarla claramente en el espectro político y asumir desde antes de las elecciones una posición con respecto a una eventual reelección de Santos.

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