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lunes, 26 de enero de 2015

En un principio al hacer públicos los diálogos en Cuba se indicó que dichos acuerdos tendrían que ser necesariamente refrendados por el pueblo, al comienzo se señaló que un mecanismo idóneo sería el referendo, otros más osados mencionaron la posibilidad de la consulta popular; hasta que la semana al titular del ente acusador se le ocurrió la brillante idea, “no es legal ni constitucional la refrendación de acuerdos”, así las cosas parece que viene otro engaño más.

Pareciera que pese a la existencia de una norma jurídica recientemente creada, en la cual se da la posibilidad para celebrar referendos constitucionales simultáneamente con otros certámenes electorales, asunto que ya había prohibido de forma expresa la corte constitucional en el pasado, deja esto entre dicho la confianza dentro del Santismo sobre la posibilidad, que un mecanismo de refrendación popular logre las mayorías necesarias para ser norma jurídica, máxime que la mayoría de colombianos no tienen la menor idea que es lo que se está concediendo a favor de las Farc.

La clara manera de enviar “línea” por parte del jefe del organismo acusador, muestra que no existe unidad de criterios al interior de la mesa y el equipo negociador, tan evidente es esta situación que apelan a la juridicidad de la refrendación misma, como la inexistencia de normas jurídicas que den la posibilidad u obliguen a refrendar acuerdos de paz, es decir le dan la razón a este señor; si hubiese tanto afán por reconocer las normas jurídicas, ¿por qué no le cuentan a la comunidad internacional, que lo que se está promoviendo en La Habana más que la paz, es un indulto y amnistía a un cartel de narcotráfico?

Quedan muchos interrogantes como por ejemplo la teoría del Fiscal en cuanto a la posibilidad de modificar la constitución con una ley estatutaria, -interesante pero discutible diría un humorista paisa-, ahora cabe mencionar que existe certeza al interior del gobierno que este año no es o será el año de la paz, pues sencillamente no hay tiempo para sacar adelante el referendo, pues no solo implica la creación de la ley y la aprobación del tribunal constitucional, sino también un tiempo prudente para socialización y campaña; ojala Santos no recule más y no trate a los colombianos como tontos, pues el prometió refrendación de lo acordado.

De no ser así, quedaría en evidencia y se demostraría una vez más la madeja de trampas, y acuerdos a espaldas de la mayoría de colombianos; ¿o quizás será que al gobierno nacional le queda muy difícil incorporar dentro de los acuerdos, que una de las concesiones a las Farc, es que los desmovilizados de las Farc harán parte activa de la llamada policía rural que se quiere implantar en Colombia, especialmente en zonas de conflicto? Si esto es así con razón que no hay afán en el referendo, pues sencillamente el país no se aguantaría semejante adefesio, es como dejar al ratón cuidando el queso. Ahora se contextualiza y comprende por qué las Farc no hablan de entrega de armas.