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miércoles, 21 de mayo de 2014

Es por ello que esta última preocupación motivó la celebración de dicho foro, en cuyo primer panel el profesor y exconstituyente Gustavo Zafra señaló la importancia de estudiar los debates aprobatorios en la asamblea de 1991, que resultaron en las disposiciones constitucionales adoptadas con relación a tratados internacionales y su jerarquía dentro del ordenamiento jurídico patrio, como alternativa para terciar en el debate actual sobre los retos que plantean las decisiones de organismos internacionales. En esa misma línea, el profesor alemán Florian Huber explicó la experiencia de los tribunales de Alemania respecto a la aplicación de la Convención Europea de Derechos Humanos, y la problemática “constitucional” que la misma plantea. El segundo panel fue inaugurado por el profesor mexicano Rogelio Flores, quien acertadamente definió y contextualizó el control de convencionalidad -es decir, la aplicación judicial de la Convención Americana de Derechos Humanos- y luego finalizó Juan Navarrete Monasterio, miembro del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, quien hizo énfasis en la necesidad de los estados de respetar las decisiones emanadas de organismos interamericanos.

El tercer y último panel del foro comenzó con las palabras del brasileño Thiago Matsushita, explicando la manera tímida en que los jueces allí se han aproximado al control de convencionalidad; sin embargo, y pese a la oposición franca del gobierno, Matsushita presagia una recepción positiva de la figura en un futuro no muy lejano en Brasil. Luego, el profesor de Duke University Laurence Helfer hizo referencia a la naturaleza problemática de la aplicación en general de instrumentos internacionales, por parte de los jueces en Estados Unidos. Así mismo, Helfer resaltó la posición jurídica distinta que presentan tratados auto-ejecutables y los que no lo son, así como la diferencia basada en las materias por estos reguladas que, a la postre, determinarán la reticencia o no con que los jueces los tomarán en cuenta. Ahora bien, la obediencia a decisiones emanadas de organismos internacionales contempla, de acuerdo con Helfer, una historia radicalmente distinta. 

No obstante, y pese a la percepción generalizada de rechazo en Estados Unidos incluso a la mera sugerencia de someterse a jurisdicciones extranjeras, Helfer puntualizó que la práctica estadounidense es más receptiva dentro del ámbito interamericano, que en la esfera internacional como tal, pues ha aceptado -por lo menos- aparecer ante los organismos de la OEA cuando las quejas así lo requieran, como lo evidencian los casos de pena de muerte juvenil. La intervención final estuvo a cargo del profesor mexicano Alejandro Wong, en la que expuso la fuerza tomada por el control de convencionalidad en México, donde incluso su adopción fue tal que obligó a una reforma constitucional. Sin embargo, Wong advirtió que tal aplicación debe tomarse con cautela, y ha de mediar un diálogo interinstitucional entre el organismo judicial del sistema que es la Corte Interamericana, y cuasi-judicial -o de naturaleza gaseosa, en palabras de Zafra- que es la Comisión Interamericana de un lado, y del otro los estados, pues la imposición forzosa del mecanismo sólo llevaría a un enfrentamiento que podría resultar en el retiro del Estado del sistema interamericano.

La temática y calidad del foro evidenciaron la importancia del tema, y en especial dentro de la peculiar coyuntura política y jurídica de nuestro país; así, el control de convencionalidad plantea retos, no sólo para nosotros como colombianos, sino también para nuestros vecinos. Retos que, en palabras del Rector Noguera, deben asumirse no únicamente por expertos juristas, sino que han de discutirse desde la educación legal en nuestras aulas de clase.