La economía del conocimiento, impactada cada vez más audazmente y en ciclos menores de tiempo, por las innovaciones de los actores del mercado y centros de innovación e investigación, crea nuevos mercados, en donde en cada iteración, la posibilidad para participar de éstos por parte de los emprendimientos y empresas de los países en vías de desarrollo, se da en mejores condiciones de acceso y competitividad. Representa una de las mejores oportunidades históricas que han existido a nivel global para nuestras generaciones educadas y conectadas con estos imaginarios. Estas innovaciones han reducido drásticamente las diferencias competitivas, especialmente en acceso a conocimiento, información y mercados, entre los nuevos emprendedores de los países desarrollados y nosotros.
En el país se están creando finalmente, después de dos décadas de intentar descifrar el camino, las condiciones ideales para consolidar la industria de software nacional y poder proyectarla al nivel internacional. Metas que a esta fecha ya deberíamos haber alcanzado en los mercados. Hoy, las condiciones, sin ser aún las ideales, son buenas para los que ya están, los que se están consolidando y principalmente para quienes llegan novatos a esta industria. Se ha consolidado un inventario importante y amplio de experiencias emprendedoras y empresariales en este sector por cientos de empresas ubicadas en las regiones del país, pero también, por parte de las universidades tanto públicas como privadas se han consolidado programas de Maestría y Doctorado importantes para formar talento local del mayor nivel. En las dos últimas décadas se ha logrado un benchmark internacional que ha permitido aproximar las experiencias de las regiones líderes del mundo en torno a esta industria y lo más importante, actualmente se ha consolidado una iniciativa seria por parte del Gobierno, como la plataforma principal para el renacimiento de la industria en el país. El Ministerio de TIC, actor principal con varios programas, Colciencias, Innpulsa Colombia, el PTP y otras iniciativas más, están comenzando a irrigar el ecosistema con recursos y oportunidades que en el pasado no existieron para los emprendedores y empresarios de esta industria. Estas nuevas plataformas de fomento que está consolidando y articulando el Gobierno, después de muchos ensayos, finalmente son sensatas y proactivas con el ecosistema local de la Industria.
También el sector ha consolidado un Gremio que comienza a presentar resultados serios frente a la consolidación de políticas públicas e iniciativas de apoyo a la Industria.
Colombia podría consolidar decenas de las empresas existentes y ver el nacimiento de cientos de nuevas, en un nivel no visto antes, generando miles de empleos de alta calidad, especialmente en las nuevas generaciones educadas. Para ello hay que crear, desarrollar y acelerar un nuevo ecosistema de innovación empresarial y de mercado que puede producir inspiraciones desde muchos puntos de referencia para la economía nacional.
Existen aún barreras , pero éstas no pueden seguir siendo excusas determinantes. Desde las regiones del país se deben hacer las tareas con seriedad y rigor, sin abandonar nuestras ventajas resilientes. Es el momento para que los emprendedores y empresarios de la economía del conocimiento del país optimicen con proactividad e innovación la oportunidad de los programas de apoyo y soporte que están disponibles en el Ecosistema.
