Cien lucas

Se viene debatiendo en círculos económicos la necesidad de incluir en el mercado monetario un nuevo billete de $100.000. El análisis debe incluir el famoso debate de salario mínimo regional. Esta propuesta lleva años madurando, y vuelve al ruedo porque en términos del bolsillo de la gente, debemos dejar de pensar en los desdichados promedios. Un trabajador de Bogotá, con un poco más de un salario mínimo, escasamente logra sobrevivir. Inclusive dentro de la misma capital, hay diferencias abismales entre localidades. Un trabajador de una capital intermedia tiene mayores posibilidades de sobrevivir, por el costo de vida inferior.

José Darío Uribe gerente del Banco de la República, dijo que la idea del billete de $100.000 surge de  los cambios que ha tenido la economía colombiana en los últimos 15 años, donde hay un incremento en el ingreso per cápita de más del doble en este periodo, lo mismo que con el salario mínimo. Esas son las variables que usan los Bancos Centrales para definir cuándo se requiere una denominación de mayor tamaño. Uribe asegura que la economía colombiana demanda un billete de $100.000. La alta denominación la exigen los bancos comerciales y esa demanda viene porque los clientes también lo piden.  

En Colombia, el billete de mayor denominación con la tasa de cambio actual, se encuentra cercano a los 50 euros. Dado el nivel de ingreso, la denominación es inferior al ingreso per cápita. En Europa por ejemplo, si se revisa la máxima denominación, resulta incomparable con lo que ocurre por aquí, ellos usan el máximo valor con el billete de 500 euros. 

Otra parte de la decisión incluye revivir la propuesta de eliminar los 3 ceros de toda la moneda, situación que simplificaría los números macro. En términos de empresas grandes, se dejaría de hablar de miles de millones o billones, y nuestro salario mínimo estaría entonces entre los $600 y los $700. El problema con eliminar ceros es que en los primeros años se generaría una inflación natural. Los precios, por ejemplo, de los productos que hoy oscilan entre los $600 y los $900, al quitar los tres ceros, en vez de quedarse en los rangos de 6 centavos a 9 centavos, van rápidamente a subir a $1. El aumento por aproximación se da en tenderos y pequeños comerciantes, que por facilidad para el tema del manejo de los vueltos, “inflan” los precios que terminan golpeando el promedio total de la canasta familiar.

Quitar los tres ceros es una decisión que el Banco de la República tendría lista para implementar legalmente. No se ha hecho el debate con los consumidores o gremios de comerciantes para observar todas las variables e implicaciones. Muchas veces en Economía resultan muy dolorosos los efectos secundarios, que casi siempre se analizan a priori con menosprecio. El ejemplo perfecto de decisiones económicas sin tener en cuenta todas las variables, es lo que está sucediendo en Europa con Grecia y el Euro. Hoy, los alemanes sugieren retirar a Grecia temporalmente del sistema euro, para poder así devaluar su propia moneda, volverse competitivos y salir de la crisis. En el momento de la creación y unificación del euro no se tuvo en cuenta que unir economías débiles con fuertes genera choques nocivos a largo plazo.

Santiago Castro de Asobancaria ha dicho que tiene algunos reparos sobre la llegada del billete de $100.000 (Ver video). Este nuevo billete estimularía mayor informalidad. A mayor informalidad, menores niveles de bancarización, flagelo que los bancos han venido combatiendo por años, pero que aún existe de manera importante (Ver informe). Hay que pensar en el drama que puede volverse cambiar un billete de “cien lucas” en un taxi, una estación de Transmilenio, una tienda o un minimercado. Así no más con uno de $50.000 hoy la gente hace mala cara por las vueltas.

Ñapa: Hay informes confidenciales que las autoridades colombianas tienen, donde se indica que el escándalo Hsbc incluye a algunos bancos locales, por ser los originadores de transferencias.