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El evento que completará hoy dos días de agenda y que es organizado por la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce) es clave para determinar los retos y oportunidades de uno de los productos más significativos en la ampliación de la frontera agrícola.
“Los cerealistas tecnificados siguen mostrando sus incrementos en productividad e invirtiendo en el desarrollo no solo en la Altillanura sino también en el occidente”, destacó Henry Vanegas, gerente del Fenalce.
El gremio también aprovechó el espacio para llevar información técnica y científica a los actores que intervienen los procesos de producción y comercialización de la industria del maíz y la soya.
Las otras dos peticiones tienen que ver con la siembra de genotipos adaptados a las condiciones de suelo nacional y el fomento de la actividad a nivel industrial como estrategia para mejorar la rentabilidad y promover la generación de empleo en zonas productoras.
La primera le permitiría al subsector de la economía alcanzar productividad, competitividad y sostenibilidad, pues hoy dados los bajos rendimientos ambos productos se importan en cantidades que superan los tres millones de toneladas.
En cuanto a la segunda, tendría impacto directo sobre los departamentos de Córdoba, Cesar, Sucre, Huila, Tolima y Meta, proveedores tradicionales de materia prima para la fabricación de alimento para animales.
Tanto el maíz como la soya tienen otros usos industriales relacionados con la obtención de plásticos biodegradables, aceites, papel, ropa, pintura, glucosa, etc. Sin embargo, Vanegas insistió en la necesidad de contar con una política de seguridad alimentaria que el gremio apoyaría.
