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ANALISTAS

Buscando el ahogado aguas arriba

martes, 8 de abril de 2014
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El gobierno tiene la responsabilidad de evitar la evasión fiscal cuyas consecuencias no solo son nefastas para el necesario equilibrio fiscal sino que generan la grave injusticia de que los impuestos  se recarga en quienes cumplimos con el estado en su obligación de pagarlos. 

Pero la forzada bancarización en las zonas rurales por la vía de no reconocer un porcentaje de los pagos en efectivo a jornaleros y cosecheros que no son sujetos a impuestos, ni tienen cuenta bancaria, solo tiene como consecuencia la injusticia de recargar los impuestos a empresarios pequeños, medianos y grandes que cumplen legalmente con estos. Aumentan el desequilibrio no lo atenúan.   

¿Entiende el gobierno  que es casi imposible para un finquero mediano elaborar un fin de semana cientos de cheques para cancelar los cosecheros? ¿Entienden que de ser posible pagar con cheque o con transferencia, la cancelación de estos por ventanilla haría colapsar las muy pocas y pequeñas oficinas bancarias de los pueblos? Tardíamente y avanzado el año y el daño, el MinHacienda anuncia un proyecto de ley que permitiría la creación de unas entidades que recibirían los dineros de los usuarios - los trabajadores-. Pero esto en  nada solucionaría el problema.

¿Conoce el gobierno el tiempo necesario para crear estas nuevas Sociedades Especiales en Depósitos Electrónicos- SEDE-  como las denomina y la gigantesca, costosa e imposible de hacer rentable  estructura de cajeros, que solo tienen operaciones el fin de semana,  para que millones de trabajadores rurales  pueda reclamar sus dineros en pequeños pueblos, cuando hoy en día en cada uno de ellos los cancelan cientos de administradores? ¿Conoce el gobierno la falta de cultura del jornalero campesino en cuestiones electrónicas y digitales y el rechazo de estos por las gigantescas filas para cobrar por la forzada seudo-bancarización” con la tecnología digital?

Parecemos legislando para Suiza y no para los humildes campesinos de las alejadas y agrestes montañas colombianas.

Admirable que el gobierno busque soluciones a la evasión fiscal, pero no que lo haga buscando el ahogado “aguas arriba”. La evasión fiscal no está en la agricultura y mucho menos en los empresarios agrícolas y sus recolectores. No se puede entorpecer ni condenar a mayores impuestos a cientos de miles de agricultores de todos los tamaños, muchos de ellos sin rentabilidad, como bien lo conoce el gobierno y por lo tanto sin ingresos fiscales, por capturar a un puñado de evasores.

La gigantesca evasión fiscal esta en los grandes centros urbanos y en su mayor proporción en el comercio y los servicios o en evasores profesionales que mediante complicadas maniobras evaden los impuestos. Pero ello necesita de medidas muy distintas y mucho más simples a las que se pretende implementar.

Muchos mejores resultados se obtendrían ampliando la base de quienes presentan la declaración de renta en medios digitales para poder cruzarlos. Igualmente exigiendo que el cheque mayor a un salario mínimo mensual sea únicamente cobrable por el primer beneficiario, tal y como los expiden la inmensa, sino la totalidad, de las compañías organizadas. Esto evitaría los múltiplos endosos que son la principal práctica para la evasión. Otra; en muchos países civilizados se penaliza con prisión a los evasores fiscales. Colombia está en mora de implementar medidas  drásticas si quiere evitar la evasión fiscal. El primer evasor de cuello blanco que pague prisión por evasión fiscal evitará que los demás tomen el riesgo tan a la ligera.

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