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Analistas 25/04/2017

Burbujas financieras vs. economía del comportamiento

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes
La República Más
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La Universidad de Chicago ha sido, ya por décadas, el ícono de la economía de mercado y de la evaluación del riesgo-incertidumbre. Desde la fructífera semilla que sembrara Frank Knight en su escuela de economía, durante 1925-1950, se fueron consolidando premios Nobel de la talla de Friedman, Coase, Buchanam y Lucas (entre otros). Posteriormente vendrían (en 1960-1970’s) las extensiones hacia la economía global mediante los desarrollos del “enfoque monetario de la balanza de pagos”, liderada por la brillante mente de Harry Johnson desde Chicago,   dando origen a la solidez teórico-práctica del hoy reconocido FMI.

Más recientemente, este gran “ideal de lo práctico” se ha manifestado en el posicionamiento del Booth-School de Negocios de Chicago, como la número uno en el listado de MBAs. ¿Qué ocurre allá adentro actualmente para lograr dicho dinamismo y conectividad entre la solidez teórica de la escuela de economía y el mundo práctico de los negocios?

Empecemos por señalar, por ejemplo, el importante papel que cumpliera el profesor de finanzas Raghuram Rajan, desde dicha escuela, durante 1991-2002, hasta llegar a ser el Economista Jefe del FMI, durante 2003-2006. A diferencia del fundamentalismo que usualmente se le atribuye a la escuela de economía de Chicago, Rajan fue uno de los pocos en alertar sobre cómo la “exuberancia irracional”, mencionada por Greenspan, (ya evidente en 2005) podría terminar en una crisis financiera. Tanto Greenspan desde la presidencia de la FED, como Summers desde la Secretaría del Tesoro, ignorarían dichas advertencias sobre la urgencia de una regulación más estricta de la “banca en la sombra”, la cual terminaría en una “crisis sub-prime” hipotecaria y en abultados sobre-apalancamientos financieros a través de los llamados Credit-Default-Swaps (CDSs).

 Pero este debate está lejos de haber terminado, pues aun después de la prolongada crisis financiera de 2007-2013 a nivel global (con particular vehemencia en Estados Unidos, Gran Bretaña y España), connotados economistas (también del Booth-School) argumentan que “esas burbujas no existen, pues nadie ha podido precisar su fecha de inicio y su estallido final”. En efecto, Eugene Fama, otro premio Nobel de Economía del Booth-School, dice que para definir las burbujas financieras se requiere definir el ciclo completo y que, por ejemplo, el ciclo actual 2013-2016 ha continuado “inflando” los mercados de renta variable y nuevamente el propio mercado hipotecario de los Estados Unidos.

Así pues, resulta muy sorprendente que, después de todo lo ocurrido y de la legislación aprobada para contener tales excesos, se argumente) que tales “burbujas financieras” o nunca existieron o era muy poco lo que (ellos) podían haber hecho para evitarlas.

La esperanza de lograr un buen balance histórico sobre lo ocurrido durante la Gran Recesión (2007-2013) es que, aun al interior del Booth-School, se tiene un debate profundo y serio sobre “la racionalidad económica”, “los efectos manada” y “la eficiencia de los mercados”. Por ejemplo, convive al interior de dicha escuela la visión alternativa de la llamada “Economía del Comportamiento” sobre cómo “los espíritus financieros-animales”, el “manejo asimétrico de la información” y el “sesgo de confirmación” le impiden, incluso a aquellos con entrenamiento matemático, advertir a tiempo el riesgo financiero sistémico.

De allí la importancia de estar siempre en guardia contra los excesos financieros que pueden llevar a prolongadas crisis financieras. Esto es una verdad factual, así algunos sigan concluyendo que “los mercados son eficientes” simplemente porque tienden a despejar las cantidades existentes a unos precios de equilibrio.

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