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martes, 6 de enero de 2015

Bajo estas condiciones, el ejercicio del Derecho pasó de definirse en ríos de tinta plasmados en el papel, para darle paso a los estrados judiciales, en donde las habilidades oratorias marcan la parada. Por lo tanto, resulta fundamental para los abogados dejar el bolígrafo de un lado e iniciar el aprendizaje de esta clase de aptitudes.

Con el fin de lograr excelentes resultados en el curso de un proceso oral, es importante tener presente ciertos aspectos:

1) Conocimiento del caso y del procedimiento: Aunque suene obvio y baladí, a mi juicio, el conocimiento profundo del caso objeto de audiencia, así como del procedimiento habilitado para su desarrollo es, quizá, el aspecto más importante para un óptimo desempeño judicial. Tener certeza sobre los aspectos claves del caso e idear las distintas situaciones hipotéticas que se pueden presentar a lo largo de la diligencia, le permitirá al abogado estar preparado para interponer el recurso correspondiente o para realizar la solicitud debida. Igualmente, tal conocimiento le permitirá hacer un control de legalidad del procedimiento adelantado. Recuerde que, aunque el juez es quien ostenta ésta facultad, los profesionales también estamos llamados a poner en línea el procedimiento seguido ante cualquier irregularidad.

2) Claridad en el lenguaje: Nada más tedioso y complejo para la comprensión del juez y de las partes que una intervención en demasía técnica. Aun cuando el Derecho es de aquellas carreras que cuenta con un lenguaje distintivo, nada obsta  para encausar un mensaje mucho más simple y claro que repose en la retentiva de los asistentes. En este punto, es donde la simpleza adquiere su mayor importancia, ya que entre más sencillo y menos complejo el mensaje, con mayor efectividad será recepcionado por los destinatarios, en especial, por el juez.  

3) Ayudas memográficas: Debido a que la memoria nos puede jugar una mala pasada en medio de una intervención judicial, es importante tener a la mano material gráfico (cuaderno de notas por ejemplo) que nos permita conocer cuáles serán los puntos más importantes que serán tratados en la audiencia, así como la idea central de los argumentos a esbozar. Lo anterior, nos permitirá tener un discurso continuo y eficaz. A diferencia de una demanda o de su contestación, el material de ayuda debe ser lo más corto y conciso posible; tal como su discurso.

4) Demostrar seguridad: Tener en línea los aspectos antes señalados, le permitirán al abogado demostrar total seguridad sobre el tópico bajo estudio; característica  que será trasmitida rápidamente a los asistentes, logrando que los mismos crean en el mensaje que se está exteriorizando. 

5) Conocer el ambiente en el que se desarrolla la audiencia: Adicional a lo anterior, resulta de suma utilidad que el licenciado conozca los aspectos físicos de la sala de audiencia. Algunas de ellas no cuentan con buena acústica, lo que, en la práctica, genera una especie de eco o retorno al momento de la exposición del argumento a través del micrófono; situación que puede generar desconcentración. Igualmente, es importante entablar una breve conversación con las demás partes, ya que esto le hará sentirse familiarizado y, por ende, obtener seguridad en sí mismo.   

6) Distención: Bajo estas condiciones, la consecuencia obligada será una sensación de distención que le permitirá estar concentrado en el desarrollo de la audiencia, estar alerta de las distintas situaciones que se pudiesen llegar a presentar y a las distintas medidas para un correcto ejercicio de su rol. Se aconseja acompañar la asistencia a la audiencia de una correcta hidratación, ya que los nervios que se pudiesen llegar a experimentar podrán mitigarse con esta medida. En caso que se sienta incapaz de continuar con su exposición, no tema en solicitarle al juez un par de minutos para aclarar sus ideas.

En conclusión, el exitoso desarrollo de cualquier audiencia no sólo dependerá de una acertada comprensión de los asuntos legales a su cargo, sino también de la combinación de otras tantas habilidades que le permitan reflejar ese conocimiento de la teoría en el ejercicio práctico del Derecho.