Brafa 2015, la feria de arte a la que debe ir con US$2,8 millones

Al menos US$2,8 millones en su cartera es lo que necesita un inversor para pasear con seguridad entre estatuas romanas, mobiliario clásico, cómics antiguos y arte moderno esta semana en Bruselas. 

Ese es el presupuesto ineludible para elegir sin problemas entre todas las obras que llenan los pasillos de la feria de arte y antigüedades con más años de experiencia del mundo, Brafa 2015 (Brussels Antiques & Fine Art Fair), que cumple su 60ª edición. Del 24 de enero al 1 de febrero, aunque no compite en las cotizaciones de Tefaf Maastricht, se convierte en una opción íntima para coleccionistas y aficionados de todo el mundo y, a diferencia de aquella, es verdaderamente ecléctica y elegante en todas sus propuestas, huyendo de las excentricidades.

Las salas de la vieja estación de mercancías del edificio Tour & Taxis (situado junto al canal Willebroek, ejemplo de la arquitectura industrial belga de principios del siglo XX), acogen a 60.000 visitantes que observan atentamente las propuestas de 130 galeristas de 12 países. Fuera, los termómetros marcan cinco ó seis grados bajo cero, pero en los 15.000 metros cuadrados de la feria (diseñados este año por Volume Architecture) entre cinco y 10% de los asistentes están destinados a sentir el calor de la adrenalina de la compra durante estos días, entrando a formar parte de un mercado global del arte: unos US$56.300 millones en transacciones anuales según The European Fine Art Foundation.

La galería londinense Stern Pissarro se estrena este año en Brafa por todo lo alto con la presentación de un magnífico Chagall, cuya cotización es de US$2,8 millones. ‘Le Cirque dans le Ciel Bleu de Paris’ es el título de este óleo de 1981 que fue comprado por un coleccionista privado japonés directamente al hijo del artista bielorruso (el compositor David McNeil). También en el top de las obras de Brafa’15, y por la misma cifra, el inversor puede adquirir un dibujo original realizado por Hergé para la portada del álbum L’Étoile mystérieuse (La estrella misteriosa) en la galería belga Huberty y Breyne. Extremadamente rara y muy buscada por los coleccionistas, esta tinta sobre papel (30 x 41 cm) fue publicada en 1942 por Casterman, y es el ejemplo utilizado todavía hoy en día para las reediciones del cómic ‘Las aventuras de Tintín’, de ahí su elevado precio.

Recién llegados
Cuatro reincorporaciones y 12 nuevas entradas se suman este año a un colectivo con 40% de galerías belgas y solo dos casas españolas, ambas procedentes de Barcelona, una especializada en arqueología y otra en arte moderno. J. Bagot presenta dos verdaderas obras maestras: una ‘Cabeza de diosa velada griega’ del siglo IV a.C., mármol de 26 cm de altura (US$140.800); y una ‘Crátera de volutas monumental’, colección de vasos utilizada en la Magna Grecia (330-320 a.C.) que ha sido atribuida al mítico Pintor del Inframundo, realizada en cerámica (US$146.400). La galería de Manuel Barbié desembarca en Bruselas con obras de André Masson (’Jugadores de dominó’, 1923, que había pertenecido a la colección de Jacques Lacan, mucho más interesante que los del mismo autor que presenta Helene Bailly Gallery) y Giorgio de Chirico (’Ettore e Andromaca’, 1985), ambas en el mismo entorno de cotización: más de US$112.600.

¿Qué otros highlights de arte moderno, la inversión más interesante a medio plazo según todos los rankings, se encuentran en Brafa 2015? Si hasta hace unos días se podía visitar en Bruselas una muestra sobre Delvaux, ahora es posible adquirir sus obras. Por US$563.000 sale a la venta el magnífico ‘Les Deux Amies’ (1967) en Boon Gallery, que cumple con el requisito wow: una obra perfectamente reconocible de un autor histórico en la modernidad. Otras oportunidades más modestas de inversión son una acuarela de Le Corbusier en Aktis Gallery, coloridos gouaches de Serge Poliakoff (Rojo-Naranja-Amarillo, 1962-63) y Maurice Estève (Composición, 1985), así como Polaroids, dibujos de Andy Warhol en la Galerie Jörg Schuhmacher de Frankfurt, o entre los maestros antiguos, el retrato de ‘La niña’ de Jan Claesz, de 1570.

Se vende hasta 80% de la muestra
Harold t’Kint de Roodenbeke, presidente de Brafa, cuya galería ofrece este año una gran pintura de James Ensor y obra menor de Fernand Léger (’Bosquejo para un mosaico’, un gouache de 1924), confiesa que vende cada año 80% de su stand y explica por qué algunos describen el mercado belga del arte como un microclima. “En Bélgica, los compradores tienen fama de ser cultivados y selectivos. Por otra parte, también son bastante conservadores, ya que les interesa sobremanera asegurarse del valor de inversión a largo plazo”.