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Analistas 23/04/2014

“Smartwatches” o el reto de reinventar lo más simple

Javier Villamizar
Managing Director
La República Más
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La industria de la electrónica de consumo no se detiene nunca y cada día busca la oportunidad de mejorar los dispositivos que usamos a diario. Y la tendencia parece ser que todos los dispositivos que en algún momento usábamos eran “brutos” y ahora la tecnología los hace inteligentes o “Smart” (por su traducción en inglés). Hace unos años asistimos al nacimiento de los “Smart TV” o televisores inteligentes, una reinvención de un producto que lleva en nuestros hogares mas de 50 años pero que gracias a los avances tecnológicos y al incremento de la conectividad en el hogar se ha modernizado con la adición de servicios interactivos. Los teléfonos celulares que inicialmente reemplazaban nuestra línea casera, ahora son “Smartphones”. 

Todo parece indicar que la próxima revolución en términos de innovación tecnológica estará en nuestra muñeca, como lo demuestran los recientes lanzamientos de compañías como Samsung y Sony y los incesantes rumores que siempre anteceden al lanzamiento anual de productos de Apple.  Lo que no queda claro todavía es quien va a ser el ganador en un segmento de la industria que muchos conocimos gracias a la tira cómica de “Dick Tracy” y en el cual aunque compañías como IBM, Seiko, Casio y el mismo Microsoft, llevan décadas tratando de posicionarse, y donde nadie ha podido convencer a los usuarios de reemplazar los tradicionales relojes de pulsera. Y es que el reloj, un instrumento que saltó del bolsillo a nuestra pulsera por allá en los años 20, tiene hoy un rol mas grande que su simple funcionalidad, siendo considerado por muchos una pieza de arte o una joya preciosa. Para otros consumidores, el reloj de pulsera había entrado al cajón de recuerdos y antigüedades, siendo reemplazado por el teléfono móvil que soportaba todas sus funciones incluyendo el dar la hora y servir como cronómetro, alarma o despertador. Paradójicamente, el “Pebble”, un proyecto lanzado en Kickstarter, una plataforma de fondeo social, es hasta el momento el reloj más vendido. Entre sus ventajas se encuentra el que tienen una batería de larga duración gracias a usar una pantalla de tinta electrónica y un mundo abierto de posibilidades para los desarrolladores al permitir del desarrollo de aplicaciones combinadas tanto en Android como en la plataforma de iPhone.

La “serendipia” (palabra que la RAE en su inmensa sabiduría no ha aceptado en favor de “chiripa”) que estamos por presenciar en el desarrollo de los “smartwatches” está relacionada con el auge que ha tenido el tema de monitorear los datos de nuestra actividad y ejercicio físico con fines recreativos o médicos o incluso variables biométricas como la concentración de oxígeno en la sangre o el ritmo cardiaco. Este tipo de mediciones y la consulta de las mismas ha resultado ser el mejor aliado del desarrollo de los “smartwatches”, creando un mercado y una señal clara de demanda futura para dispositivos que complementen el ejercicio y la vida saludable y generando interés para los usuarios como para la comunidad médica.

El lado oscuro del tema empieza cuando abrimos el acceso de esas mediciones recogidas por un dispositivo que llevamos encima a terceros, como pudieran serlo los proveedores de servicios de salud y las compañías de seguros médicos y esta información termina siendo utilizada para determinar el precio que pagamos por nuestro seguro o la atención médica. El lado positivo de que este tipo de empresas adopten estas tecnologías es que el valor que esta información tiene para ellos podría ayudar a disminuir el costo de los dispositivos para los consumidores. De la misma manera que una persona con antecedentes genéticos o familiares de riesgo cardiovascular paga más que uno sin ellos, o un fumador paga más que una persona que no fuma, una EPS podría subsidiar el costo de un “smartwatch” y premiar a los usuarios que demuestren actividad física saludable, creando incentivos para salir a caminar, correr o ir al gimnasio. 

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