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ALTA GERENCIA

¿Necesitamos más o menos vigilancia para empresas?

lunes, 8 de febrero de 2016
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Andrés Julián Gómez Montes

Frente a estas y otras situaciones, me pregunto si en nuestras industrias necesitamos más o menos vigilancia o control a las actividades empresariales. Por ejemplo, con el caso del cartel del azúcar se podría concluir que la SIC tiene unos dientes filudos y que no necesitan más poder. De hecho, en conversaciones que he tenido con gigantes del mercado, puntualmente con ejecutivos de la empresa Claro, que han recibido millonarias multas de la SIC y otros entes de control, me dicen que los “molestan por todo”. ¿Será que los controles son demasiado fuertes e incluso exagerados?

Yo siempre he abogado por el libre mercado y la autorregulación, pero es más que evidente que sin algunos controles, ciertas cosas no funcionarían. Un caso en el que la regulación se desempeñó muy bien y que en caso contrario quizás las empresas por si solas no hubieran llegado a esto, es la portabilidad numérica en la industria de la telefonía celular. Esto funcionó bien y es gracias al regulador. Esto me lleva a pensar, por qué algo así no funciona con la telefonía fija, pero esto es tema para otro escrito.

Así como el caso del cartel del azúcar tuvo y sigue teniendo repercusiones, además de mucho cubrimiento de la prensa, me llama aún más a la atención el caso de Falabella. En este, se hace una denuncia por redes en la que la empresa ofrece unos descuentos y con fotos, aparentemente, se muestra que los descuentos no son tales. Tras un escándalo fuerte en internet y una paupérrima respuesta inicial de Falabella (un claro caso de empresa que cuenta con malas políticas, en las llamadas crisis 2.0), sale unos días después el presidente de la firma a dar la cara y responder cómo debió ser desde el principio. La SIC hace una investigación exprés de, no sé, quizás una semana, y absuelve a Falabella de cualquier mala actuación.

Esta respuesta de la SIC en tan pocos días es admirable, claro, si los ciudadanos que hemos interpuesto quejas contra otras empresas no supiéramos que nuestras denuncias como un ciudadano más pueden tomar años en ser resueltas. En mi caso interpuse una denuncia contra el portal Linio, por mal manejo de mis datos, desde octubre de 2014 y la SIC, hasta dónde sé, no ha finalizado la investigación (o no me ha informado al respecto).

Resulta que hace muchos años cuanto apareció Linio en Colombia y pensaba que estaba a la puerta del “Amazon colombiano” (¡que equivocado estaba!), me suscribí a su boletín de correo electrónico y les di mi número celular. Inicialmente había autorizado que me enviaran mensajes de correo electrónico, pero no mensajes SMS a mi celular y ambos me llegaban permanentemente. Después de desastrosas experiencias como cliente de Linio, en el que entre otros, no me cumplían con las fechas de entrega, no me honraban sus promociones, solicité que me desuscribieran de sus bases de datos e incluso que eliminaran todos mis datos, cobijado en la ley 1581 de Habeas Data. Varias veces me confirmaron en Linio que esto se había hecho, incluso el gerente del momento de la empresa me invitó a cenar para pedirme excusas. La realidad es que hoy, incluyendo denuncia en la SIC, recibo de Linio unos 25 correos electrónicos por mes, a una dirección que supuestamente ya no está en su base de datos.

Frente a esto, puedo llegar a la conclusión que la SIC tiene una ventanilla exprés, que se activa cuando un tema es ‘trending topic’ en Twitter. Imagino que antes de internet, la SIC le pedía prestado el ‘aplausómetro’ de Jota Mario, de uno de sus programas dominicales.

Entonces, para concluir, ¿será que entidades cómo la SIC necesitan hacer más control sobre las empresas? ¿O será un tema de falta de presupuesto de estos entes de control? ¿O es falta de voluntad política? No tengo las respuestas, pero sería interesante conocer más sobre la ventanilla exprés y la del resto de ciudadanos. Y si algún día la SIC me informa que pasó con mi queja de hace 18 meses contra Linio, les contaré que pasó.

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