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¿Dónde está el Emisor?

viernes, 12 de julio de 2013
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La turbulencia actual en el mercado de deuda pública local (o mercado de TES) debería preocuparle al Banco de la República y amerita acciones decididas de su parte. 
 
Los bancos comerciales han registrado pérdidas significativas en los últimos dos meses como consecuencia de las fuertes desvalorizaciones de los TES y del fuerte aumento en su volatilidad. Si esta situación llegara a extenderse por varios meses, los bancos podrían reducir la oferta de crédito y/o aumentar las tasas de interés de los préstamos que otorgan a los hogares y a las empresas. 
 
En otras palabras, el canal de transmisión de la política monetaria podría romperse en momentos en que el Emisor ha bajado su tasa de referencia con el fin de que los bancos hagan lo propio con el costo del crédito y así dar un impulso necesario a la demanda interna. Así que al Banco de la República le interesa que el mercado de deuda pública se estabilice lo más pronto posible. 
 
¿Qué puede hacer el Emisor al respecto? Una primera alternativa es aprovechar la coyuntura de devaluación de la tasa de cambio para SUSPENDER O MODERAR el programa de compra de dólares. 
 
El peso se ha depreciado por la incertidumbre asociada a una eventual moderación del enorme programa de estímulo monetario en Estados Unidos. La razón es totalmente ajena al contexto local. En efecto, la Reserva Federal (el Banco Central de ese país) le está “dando una mano” a las autoridades locales, así sea temporal e indirecta, en el objetivo de lograr la tan anhelada devaluación. 
 
Así que por ahora, el Banco de la República no tiene la necesidad de comprar dólares, especialmente considerando que hacerlo le implica pérdidas contables.
 
Si se suspendiera la compra de dólares, el Gobierno no tendría que emitir más TES de control monetario. La emisión de TES de control monetario ha sido necesaria para recoger los pesos adicionales que el Banco de la República ha tenido que imprimir para financiar la compra de dólares. Estos TES han generado distorsiones en el mercado de deuda pública (especialmente en los títulos con vencimientos de corto plazo) y al mercado le caería muy bien en este momento reducir la oferta de estos títulos.
 
La segunda alternativa es que el Banco de la República SUSTITUYA el programa de compra de dólares (que no es necesario por ahora, según expliqué anteriormente) por uno de compra de TES, aprovechando que hoy estos títulos se encuentran en niveles de valoración muy atractivos y que la inflación está muy por debajo de la meta de largo plazo. De esta forma, el Emisor volvería a construir un portafolio de deuda pública que hoy prácticamente no existe y que es importante tener pues le da más flexibilidad para hacer operaciones de mercado abierto (por ejemplo, le permite esterilizar más fácilmente compras de divisas en un futuro, en caso de que se   necesite nuevamente). 
 
Una medida en este sentido podría contribuir a estabilizar el mercado local pues el Banco de la República haría las veces de gran comprador de títulos a distintos plazos, compensando la ausencia actual de los grandes compradores regulares. 
 
Las herramientas existen, son viables y están acordes con los objetivos del Banco de la República.

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