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  • Alejandro Torres García

sábado, 29 de agosto de 2015

Para este año, el presupuesto del municipio de Medellín asciende a los $4,1 billones aproximadamente, un 5% más alto comparado con 2013, pero $1,4 billones menos respecto al 2014, caída explicada porque en este año se registraron los ingresos de la fusión Une-Millicom. 

Ahora bien, aunque en términos absolutos esta cifra supera los presupuestos de Cali o Barranquilla, por ejemplo, en términos per cápita la situación no se mantiene, ya que mientras el de Medellín es de $1.663.744 por habitante, el de Barranquilla es de $1.822.783 y el de Bogotá $1.953.760. Con todo, es claro que el monto de recursos disponibles en la ciudad es generoso. 

Una de las principales fortalezas del presupuesto de la ciudad se encuentra en la alta generación de ingresos propios. 

Para 2015, 59% de los ingresos corrientes son tributarios y no tributarios, un 31% a recursos de capital, mientras 9% son obtenidos a través de fondos especiales. 

La estructura sectorial del municipio, en la que predominan las actividades de servicios financieros, comercio, restaurantes y hoteles, industria y construcción, favorece el recaudo tributario, de tal forma que los principales rublos que aportan en este sentido son el impuesto de industria y comercio (34% de los ingresos tributarios) y el impuesto predial (40%).  

Aquí aparece entonces una primera señal de alarma para los períodos futuros: las perspectivas del crecimiento colombiano son pobres, y en este sentido, se verán comprometidos los ingresos tributarios. 

Así, otros ítems como la sobretasa a la gasolina, otros ingresos de capital, o incluso las transferencias del gobierno central hacia programas sociales específicos como los de vivienda, tendrán que entrar a cubrir el faltante que puede anticiparse. 

En materia de gastos cerca de la cuarta parte del presupuesto de inversiones se ha destinado a educación, 15% a salud y 13% a infraestructura. 

Las obras de Parques del Río, el cinturón verde, el tranvía de Ayacucho, la ampliación de Metroplús y el puente de la Calle 93, son las grandes apuestas de infraestructura de la ciudad, pero todas estas fueron financiadas con los recursos extraordinarios de la fusión Une-Millicom. 

¿Cómo financiar las nuevas apuestas de movilidad e infraestructura, como un nuevo tranvía o las etapas posteriores de Parques del Río? ¿Cómo mantener los actuales niveles de inversión en salud, educación o seguridad? Estas son preguntas fundamentales. Al respecto, una advertencia clara debe hacerse en materia de endeudamiento: si bien el municipio posee un nivel de deuda saludable, esta ha crecido en los últimos años. 

Además, las expectativas de mayores tasas de interés y una tasa de cambio alta no juegan a favor de pensar en el endeudamiento como una alternativa confiable para mantener el ritmo actual de gasto. 

Más bien, la priorización de obras de infraestructura, en conjunto con mayor eficiencia administrativa y operativa puede ayudar al respecto.

*El autor agradece el apoyo de Thomas Goda, Verónica Abril y Carolina Echeverri.
 

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