lunes, 6 de octubre de 2014
Frente al primer foco que ha prendido las alarmas de violencia, se pretende mitigar con un nuevo código de policía para el distrito el cual desde diferentes orillas, ha sido calificado como un código para “cavernícolas”, pero no es para menos, los lamentables hechos de apenas una semana muestran como por muy poco, un par de pandilleros casi matan a un joven en la localidad de chapinero al salir de un cajero automático, solo porque como ellos indicaban “querían ver sangre de gomelo”, si bien es cierto que quizás un código de policía para el distrito más actualizado se compadezca con los problemas de tolerancia, no es el único camino.
A muy pocos días de tomarse la medida de la administración de extender el horario de diversión nocturna, denominado como “rumba extendida” las cifras se dispararon, por cuenta de este decreto hoy muchos vecinos de zonas aledañas a los sitios de diversión nocturna no pueden dormir, los hospitales y centros de atención medica se han atiborrado los fines de semana por cuenta de esta medida, los índices de muertes violentas en accidentes de tránsito han aumentado, como también van en aumento por cuenta de riñas, e intentos de hurto, en solo este año han sido asesinados 12 taxistas, como también el aumento en el hurto a residencias.
Si bien es cierto que se ha querido aumentar el pie de fuerza de la policía esto como medida se queda insuficiente, tratándose de cuidar el bien jurídicamente tutelado más importante para la especie humana, ¡la vida! Pues las cifras de la misma administración distrital muestran como en solo la localidad de Santa Fe hay sesenta y ocho homicidios por cada cien mil habitantes, una cifra alarmante y preocupante, seguidas estas por los Mártires con cincuenta y ocho, Ciudad Bolívar con treinta y siete, San Cristóbal con veintisiete, y Usme con veintiuno; si esto es con medidas como restricción al porte de armas no queremos pensar cómo será en el supuesto postconflicto.
En solo ocho localidades como por ejemplo Chapinero en la cual tiene su residencia el presidente de la república, dos de cada cien habitantes están en riesgo de ser atracados, hace escasamente dos meses a tan solo cuatro cuadras de la residencia del presidente fueron asesinados dos vigilantes en un intento de hurto a un apartamento, la inseguridad está al límite y nadie hace nada; las ciudades modernas tienen centros de crisis para asuntos de seguridad ciudadana, vial y desastres naturales, es absurdo que mientras en los bancos estén reposando cerca de diez billones de los bogotanos, aquí se pretenda apagar incendios forestales con máquinas de bomberos.
