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ANALISTAS

¡No seamos tan Godos!

sábado, 13 de diciembre de 2014
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Con un barril de petróleo cotizando en los US$60, el Gobierno Nacional debe abrir la discusión sobre la necesidad de contar con nuevas herramientas para apalancar las inversiones en infraestructura y desarrollo social. Tras la decisión de la Opep de mantener la producción diaria en 30 millones de barriles, el panorama para los países altamente dependientes de petróleo se ve gris oscuro. 

Adicionalmente, veo con escepticismo una reforma tributaria que impacta la inversión y el crecimiento económico. Por eso propongo darle un giro a la política de inversión del Fondo de Ahorro y Estabilización (FAE) para aportar recursos adicionales en este escenario. 

Este fondo, que ahorra y des-ahorra dependiendo del rendimiento del recaudo de regalías, ha pasado de 570 a US$2.323 millones entre su creación, en 2012, y septiembre de 2014. Ahora bien, el valor de mercado del FAE depende exclusivamente de los aportes, pues las inversiones, en su mayoría en títulos soberanos y corporativos tienen rendimientos casi nulos. En el último trimestre por ejemplo, tan solo tuvo retornos de 7,6 puntos básicos. Es entendible que un fondo de esta naturaleza se maneje de forma conservadora, pero aun así, otros recursos, como las reservas internacionales han tenido retornos de 0.6% mínimo a 9,9% máximo. 

Aunque las perspectivas económicas para Estados Unidos en la actualidad son buenas, y por ende el precio de los títulos soberanos pueden aumentar a valores cercanos al 2.5% en el mediano plazo, esto pasaría solo con el 37% de los recursos del fondo; 45% de las inversiones del fondo consisten en bonos e instrumentos de países Europeos, que pierden rentabilidad progresivamente. 

Entre las necesidades del país en infraestructura, la construcción de vías de cuarta generación implica pasar del 1% del PIB en infraestructura de transporte al 3% en 2014 con metas de largo plazo de cerca del 6%. Teniendo en cuenta que de los 46 proyectos del Conpes, 25 son por iniciativa privada, ¿por qué no utilizar los recursos de inversión del FAE para apalancar las concesiones y así no tener que vender Isagen? El FAE está en posición de generar rendimientos que, no solo evitarían que en momentos de vacas flacas como este, se recurra a un desahorro del mismo, sino que también se genere desarrollo en las regiones. 

De otra parte, en materia de vivienda el Fondo Nacional del Ahorro aprobó en 2013 64.006 solicitudes de crédito de vivienda por $3,2 billones. Según la Superintendencia Financiera, para septiembre de 2014, las tasas de interés es los créditos de vivienda eran 11,14% y 10,72% E.A para no VIS y VIS. Si los recursos del FAE se prestaran para financiar estas  inversiones podrían rentar muchísimo más, ayudando a mejorar las condiciones de vivienda para los colombianos, en especial los de menores ingresos.

Incluso estos recursos podrían ser utilizados para ampliar la oferta de crédito agropecuario. Aunque sus indicadores de cartera vencida están por encima de otras modalidades, nunca han llegado a niveles críticos del 12%. La experiencia ha mostrado que con planes de refinanciación acordes con la dinámica del ciclo agropecuario, apalancar proyectos agropecuarios es rentable y le permite al Estado impulsar este sector que ha sido abandonado.  

Es necesario ser conservadores en el manejo de este tipo de recursos debido a que pertenecen a las regiones pero ¡no podemos ser tan godos! cuando existen serias dificultades para financiar el presupuesto nacional.

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